lunes, 25 de noviembre de 2019

Burritos norteños en Querétaro

Deshebrada en chile colorado


Los burros de Andalasia
Los burritos son uno de los platillos más conocidos de la comida Tex-Mex, que muchos creen comida mexicana, pero en realidad se comen en el sureste de los Estados Unidos y el norte de México (véase, Más mexicano que el hot dog, febrero 2016). Entre las chimichangas, fajitas, nachos, sopaipillas y chili con carne; los burritos sean quizá el alimento más conocido pues sus características le permiten bajo la misma denominación una mayor variedad de ingredientes para diferentes gustos, bueno hay ya hasta burritos vegetarianos y veganos, algo difícil de creer en la tierra de la carne. La sencillez de los burritos ayuda definitivamente a su popularidad, en una tortilla de harina (típicas del norte de México) se envuelve (algunos les llaman wraps) una variedad de ingredientes que van desde los frijoles, arroz, lechuga, queso, huevo, chile o salsa y carne en una gran variedad de formas.  El popular burrito es sin duda hermano de los también famosos tacos de guisado que se comen por la mayor parte de México. El taco de guisado, a pesar de que se hace en tortilla de maíz de menores dimensiones, también puede ir relleno diversos ingredientes: frijoles, arroz, nopales, carne y hasta un pequeño chile relleno. El norte de México es la tierra de la tortilla de harina, y ahí comúnmente la elaboran en dimensiones mayores que las tortillas de maíz del sur. Llega a haber tortillas de cuarenta centímetros de diámetro, ideales para colocar en ellas una gran cantidad y variedad de ingredientes e incluso con tortilla suficiente para doblar los extremos y evitar que el relleno escape. En la familia del taco de guisado y el burrito otro miembro importante es las chimichanga, pequeño burrito frito. El sencillo burrito es muy parecido al animal que le da nombre, es un animal modesto pero muy apreciado por aquellos que lo conocen bien. Hay en ambos lados de la frontera restaurantes especializados en este platillo: en México los famosos Burritos de Moyahua y Chipotle en los Estados Unidos.

Barbacoa de res

Frijoles con queso menonita



Pues aunque de origen norteño, el burrito viene a ser como el tamal, se les encuentra por todo México, pero el relleno varía según la región donde se les prepare. Por eso aquí en el Querétaro es especialmente atractivo probar burritos lo más parecidos a los originales del norte del país. En el centro de la ciudad hay un establecimiento especializado en burritos a la manera del estado de Chihuahua (Mariano Escobedo número 2, a 10 metros de la calle Juárez), mi amiga y colega Karla Ochoa me invitó con orgullo al lugar para mostrarme la comida de su tierra. Se llama Los burros de Andalasia y ofrece una variedad con guisados típicos del estado más grande del país; los hay de barbacoa, pero la barbacoa de res típica del norte, otros clásicos como de frijoles con queso, huevo con machaca, carne deshebrada en chile colorado o verde. Claro también preparan otros con guisados del sur como milanesa, cochinita pibil, chicharón, chorizo, bistec…  Los burritos se elaboran con tortillas de harina hechas a mano y se pueden aderezar con una gran variedad de salsas. Como ya se ha dicho antes, que bueno si se puede viajar, pero también podemos y debemos probar todo aquello de otras tierras que se nos ofrece en Querétaro, lugares que por suerte aumentan cada día. Debo aclarar que Andalasia no es un remoto establecimiento mormón o menonita en Chihuahua, sino el nombre de un mítico lugar en una película de Disney. 



    

martes, 27 de agosto de 2019

Huesos estilo Michoacán, aunque no seas can.

Carne muy buena y muy barata.
Por todo México la forma más común de comer la carne de cerdo es en las llamadas carnitas, la carne y otras partes fritas en la grasa del mismo animal o manteca. Hay quien le agrega al cazo naranja, azúcar u otras cosas, pero esa es la preparación básica. Los tacos de carnitas son algo con que los mexicanos soñamos y salivamos sólo de pensar en ello. Todo mundo sabe que las mejores carnitas se hacen en Michoacán, específicamente en Quiroga, pero donde quiera que se preparen las comemos como el manjar que son. Hace un par de semanas vi en Querétaro una forma muy particular de comer carnitas y no sólo me interesó, luego de probarlas me gustaron mucho.

Con ese letrero en rojo no puedes pasar sin verlo.

El lugar es amplio, pero se llena. Hay juegos infantiles.


El lugar se llama Huesitos en carnitas don Fer  (Prolongación Bernardo Quintana 5010, como 500  metros pasando Plaza Sendero) y como el nombre lo dice, lo especial del lugar es que de las carnitas preparadas al estilo de Michoacán no venden todo el cerdo, sino solamente aquellas partes pegadas al hueso. No hay cuerito, nana, buche, lengua, pierna, paletilla, lomo, trompa, nenepil. En el lugar se venden solamente espinazo (vértebras). costilla y chamorro. Los dos últimos son ya favoritos de los aficionados a las carnitas e incluso existen lugares que venden solamente chamorros o costillas. El espinazo es considerado una parte barata, es poco deseada y se prepara más en guisados con caldo, pues es más hueso que carne.

Chamorros, su precio es por peso.

Espinazo en el cazo.


Dice un famoso refrán que “la carne pegada al hueso es la más sabrosa” y en este lugar puedes confirmar si esto es cierto.  He oído también el mismo refrán para justificar que a alguien le guste una muchacha delgada, pero en ese caso no podría asegurarlo. Por ahí leí que cerca del hueso hay comúnmente grasa y tejido conjuntivo, que al cocinarse se ablanda como para derretirse en la boca. Otros dicen que el hueso no ayuda al sabor. Esto no es para leer al respecto, mejor ve a Huesitos en carnitas y decide. Personalmente el chamorro me gusta y lo disfruto pero pienso que está sobrevaluado. Las costillas me gustan mucho, por su sabor y en especial masticar ese suave y blanco cartílago. De las tres partes que ahí venden mi favorita es ya el espinazo, que muchas veces probé en caldo, pero su escasa carne frita en cazo es una explosión de sabor y suavidad. Pide una orden de espinazo y decide si la carne pegada al hueso es la más sabrosa, no dejes a los expertos regir tu vida.  Hay algo más y muy importante, al final de tu banquete puedes llevar muchos huesitos a tus perros, como yo lo hago; también los disfrutan mucho.

Orden de espinazo.

Costilla en trozos.

Chamorro!

martes, 13 de agosto de 2019

¡San Judas haznos el milagrito!


El Museo del pulque.
Hace apenas unos meses abrió en la ciudad de México el Museo del pulque y de las pulquerías. Por un lado es muy bueno que se rescate y promueva la cultura del pulque, pero si esto ya es necesario significa una gran disminución del consumo de esta bebida.  No defiendo al pulque como bebida alcohólica, sino como parte importante de la cultura mexicana desde tiempos prehispánicos (véase La auténtica bebida nacional, junio 2009).  No sólo los habitantes de este territorio han bebido pulque por miles de años, también la bebida está relacionada con muchas otras características de nuestra cultura. Todavía en mi infancia alcancé a ver pulquerías en mi barrio o por decenas en otras partes de la ciudad, asistí a bodas en donde la bebida principal era pulque y lo recuerdo como ingrediente en muchos alimentos y de presencia constante.   Hace como 20 años había en el Museo vivo de artes y tradiciones populares de Tlaxcala una pequeña parte dedicada al pulque, apenas unas cuantas herramientas y dibujos, pero los presentaba y explicaba un señor que tenía toda una vida de haberse dedicado al pulque (a su producción, no sólo a beberlo) y lo hacía de una manera muy sencilla y ante todo amena. Nada había qué le preguntaras y no supiera, desde la planta del maguey, el proceso de convertir el aguamiel en pulque, luego la distribución y consumo.  El espacio era reducido, pero la información completa y verídica; ahí estaba toda disponible para todo aquel que tuviera interés y preguntara. Bueno pues el nuevo museo tiene también buena y muy interesante información. Desde su consumo e importancia ritual en la época prehispánica, su relevancia en la recolección de impuestos durante el virreinato y su amplio consumo por en la mayor parte del México independiente. El pulque ha estado presente y en un papel importante a lo largo de nuestra historia y de ahí la gravedad de que llegara a desaparecer de nuestra cultura. 



El Museo del pulque y de las pulquerías fue creado por la Asociación Nacional de pulquerías tradicionales A.C. que integra a los dueños de pulquerías y que buscan de alguna manera evitar que pulque y pulquerías desaparezcan de nuestras costumbres y ciudades. El recinto es parte del antiguo ex convento de San Hipólito (Estación del Metro Hidalgo), cuyo templo fue erigido por Hernán Cortés para recordar y honrar a los combatientes de la conquista de Tenochtitlán, justo en la zona donde se peleó en la llamada Noche Triste.  El templo también es conocido como la Iglesia de San Judas Tadeo pues justo ahí se honra a este santo tan popular entre los mexicanos por ser el patrono de las causas perdidas (o imposibles). El museo es céntrico, hermoso y además en muy apropiado lugar, pues bueno sería que San Judas intercediera e hiciera el milagro de evitar la desaparición del pulque y pulquerías.

Templo de San Hipólito, a su izquierda el museo.



El museo tiene una muy interesante línea del tiempo que refiere momentos importantes en la historia del pulque en nuestro país y que va desde los primeros instrumentos encontrados para raspar el maguey y que datan del Horizonte Preclásico de la época prehispánica, hasta la creación de este museo en 2019. Se presentan también objetos y fotografías relacionados con la bebida, así como información sobre el maguey, pulque, producción y consumo.










En la planta baja del museo acertadamente hay una pulquería, pues la experiencia sería incompleta si después de aprender tanto de esta histórica bebida no se tuviera la oportunidad de probarla. El lugar es amplio y prepara pulques con sabor o curados. El día que visité la pulquería los sabores eran piñón, guanábana, vino tinto, guayaba, avena, coco, mango, maracuyá, mamey y cereza; una magnífica variedad. El lugar es amplio, limpio, lleno de luz y está decorado con un mural del exterior de una pulquería tradicional al estilo y en homenaje a Gabriel Vargas el legendario creador del comic de la cultura popular capitalina por excelencia: La Familia Burrón.  Si nunca has probado el pulque o quieres conocer más de lo que fue y sigue siendo nuestra cultura visita este lugar.   





miércoles, 26 de junio de 2019

Conocer comiendo III



Lo que se bebe en Querétaro.
Pues ahora le toca su turno a las bebidas y se debe iniciar por una que si bien no es tradicional o doméstica, sino industrializada, es sin duda queretana y se encuentra por todo el estado. Los refrescos Victoria son bebidos por todo queretano de hoy en día y como esa marca cumplió ya un siglo de existencia son muy conocidos, incluso añorados por algunos queretanos expatriados. Son los refrescos regionales, como el Cristal y el Soldadito de chocolate de Yucatán, el Escuis de Tampico, el Yoli de Acapulco, el Jarochito de Veracruz. Los primeros refrescos Victoria empezaron a ser elaborados en la ciudad en la segunda década del siglo pasado (hubo también otras marcas locales como el Cervemel y el Sidrál Manzá, ambos desaparecidos). Al parecer iniciaron con un refresco sabor manzana al que llamaban sidra.  Poco a poco los sabores aumentaron y hoy en día encontramos también naranja, toronja, grosella, piña y sangría. Luego de un par de décadas fue en 1938 cuando la compañía Victoria empezó su gran crecimiento, pues en ese año se convirtieron en distribuidores y luego fabricantes de la Coca-cola en Querétaro. Es seguramente su temprana alianza con la gran corporación internacional la que le aseguró su existencia y crecimiento hasta nuestros días. 



Otra bebida que se consume por todo el estado es el pulque, cada vez menos lamentablemente. En la ciudad de capital quedan apenas un par de pulquerías, si bien es cierto que en algunos bares y restaurantes venden esta bebida también, casi siempre en curados. (véase Un mundo que se desvanece, octubre 2010 y La auténtica bebida nacional, junio 2009) En algunos mercados también se vende aguamiel, que con el calor y la fermentación ya para mediodía es más bien pulque.  En toda pequeña comunidad del estado seguramente también hay pulque, pero la mayoría para consumo local y para los visitantes se vende a veces en puestos de barbacoa.  Sería bueno por ahí encontrar alguna vez curado de huamishe o de garambullo.

Muy felices al salir de una de las últimas pulquerías 

Curado de piña y blanco

Tenemos dos bebidas de neto origen indígena, de hecho que se encuentran casi exclusivamente en celebraciones o ferias de comunidades indígenas y cuando se les ofrezca es prácticamente obligatorio probarlas, pues son bebidas rituales.  El Charape tiene como base al pulque, al cual se le agrega piloncillo molido, azucares que al fermentar dan a la bebida un mayor contenido alcohólico que el pulque original. Para dar sabor se le agrega comúnmente una pasta de cacahuate molido, canela y anís. El Colonche es una bebida preparada con tunas rojas (cardonas) que se pelan se convierten en una pasta, hay quien agrega alcohol o azúcar y se deja fermentar por un par de días.  En Querétaro es más común el pulque de tuna roja, muy espeso y gracias a la dulce tuna tiene mayor contenido alcohólico y sabor que el simple pulque.

Agua de huamishe


Se vendía colonche, pulque, charape y licor de manzana
El Viejo por probar charape y colonche

 
En las comunidades indígenas hay una gran variedad de atoles, entre los cuales destacan el atole blanco o puzcua hecho con maíz blanco y también el de cacahuate, ambos endulzados con piloncillo. En algunos restaurantes y comunidades también se puede encontrar fresca agua de huamishe.


Bodega subterránea

Elaboración de vino


El estado es también importante productor de vino de mesa y probablemente no tan buen consumidor. En los municipios del semidesierto hay muchos viñedos y bodegas.  Hay vinos de diversos tipos y calidades y es muy interesante visitar los lugares donde se producen. Por toda la zona hay grandes letreros de la llamada Ruta del queso y del vino y en el verano en Tequisquiapan se celebra la Feria nacional del queso y del vino. En la ciudad de Querétaro también se pueden encontrar los sorprendentes licores de la familia Varela frente al templo de la Cruz (véase ¡Tú tan dulce y yo tan diabético!, enero 2015) En el municipio de San Joaquín se producen y venden tanto jugo como licor de manzana.  La oferta de bebidas en Querétaro aumenta, no olviden la cerveza de Hércules (véase Chelas históricas, enero 2017) además del histórico y hermoso lugar donde se elaboran y expenden.

Productos de San Joaquín

Licores de la familia Varela

Cervezas de Hércules

Cervecería Hércules



martes, 4 de junio de 2019

Conocer comiendo II


Lo que se come en Querétaro II
En el terreno de los postres o dulces debemos primero hablar de los camotes achicalados. Este tubérculo no sólo se preparó y comió por décadas en la Querétaro, su venta en mercados y sobre todo en la estación de ferrocarril a los viajeros que pasaban apenas unos minutos por la ciudad, hizo que se convirtieran en el producto comestible que identificó en todo el país a Querétaro. Cientos de camotes horneados y aderezados con un jarabe de piloncillo se vendían a diario y sobre todo a los viajeros. Todavía se venden en algunos lugares en los pequeños huacales o cajas de madera a la manera en que se vendieron por muchos años. Se les conoció también como camotes horneados o chingaditos. Hoy en día poca gente sabe de ellos, pero todavía se venden en algunos lugares, principalmente en el Mercado Escobedo (véase Un tipo diferente de shopping, junio 2011), pues en la estación del ferrocarril ya desde 1996 se acabaron los trenes de pasajeros y los de carga no se detienen.

Camotes achicalados mercado Escobedo

Camotes y leche fría

Camotes con cáscara

Caja de camotes horneados

Otra cosa que todo visitante debería probar es el guamishe o guamiche, ya sea en agua fresca o en helado. Este particular fruta que crece en la biznaga tiene un sabor ácido y se utiliza para hacer agua de sabor y postres. Poco se ofrece en los restaurantes queretanos, pero comúnmente se le encuentra en los mercados. Hay otra cactácea cilíndrica menor, también comúnmente llamada biznaga que produce unos diminutos frutos cónicos de fuerte color rosa y que se conocen como chilitos de biznaga; no son chiles ni pican.  Se comen como golosina o se puede preparar agua fresca con ellos por su sabor agridulce. 


Huamishe

Huamishe mercado de la Cruz
Chilitos de bisnaga
Otro postre o dulce característico de Querétaro es el helado de mantecado. Es un helado con leche, de color amarillo y sabor a vainilla que se prepara con pequeños trozos de frutas secas. Se le puede encontrar en La Mariposa (véase Tan queretano como La Mariposa, abril 2011) a una cuadra del Jardín Zenea, en las nieves de Hércules (véase ¡Y tu nieve de limón? marzo 2007)  y en muchos otros lugares de la ciudad.

Nieves en Hércules


En la población de Santa Rosa Jáuregui además de sus famosas carnitas de cerdo, se preparan unos pequeños buñuelos que ya se venden cubiertos de una especie de almíbar que ya va seco y por lo tanto endulza, pero no los hace húmedos o muy pegajosos. Se mantienen en buen estado por varios días y la gente acostumbra comprar muchos en pequeñas cajas de cartón para comerlos en los siguientes días. En el centro de la ciudad de Querétaro todas las noches también se venden buñuelos remojados en una miel de guayaba. Son del tipo que conocía como "de rodilla" pues la masa se estiraba sobre un trapo húmedo en una rodilla doblada frente a uno y luego se freían. También se estiraban sobre una gran olla de barro colocada con el fondo hacia arriba y con un gran trapo húmedo. El aroma de ese jarabe de piloncillo con guayaba es muy difícil de resistir.


Remojando un buñuelo

Otro dulce que se puede disfrutar es una pieza de pan llamada Chorreada, por lo regular son piezas de forma triangular, pero su principal característica es que están cubiertas o rellenas de piloncillo. Su dulzura las hace ideales para acompañar un café o un buen vaso de leche. Se venden en algunas panaderías y mercados. Otra pieza de pan que podemos encontrar en Querétaro son los rellenos, panes circulares rellenos de los dorados hilos de chilacayote en dulce, a los que al momento de servir se les agrega un almíbar también de piloncillo. Se venden durante la Semana Santa en el centro de la ciudad (véase ¡Santos Platillos!, marzo 2008), frente al templo de Santa Clara.


Chorreadas mercado de la Cruz
Relleno

Dorado chilacayote a la vista


Al igual que los camotes, que alguna vez tuvieron gran fama pero cada día se conocen menos, están las frutas cristalizadas o frutas cubiertas.. Ya desde el siglo XIX tenían fama internacional los dulces fabricados por el establecimiento queretano El Ave del Paraíso. No todas las frutas se pueden cristalizar, las más comunes son, la piña, el camote, el chilacayote, el higo, la calabaza, la naranja (su cáscara), el limón relleno de coco. Una especialidad de este grupo de dulces es el durazno prensado, que por años se preparó en El Ave del Paraíso y hoy todavía se vende en La Mariposa.  Sin ser propiamente un fruto está también la biznaga cristalizada, conocida como acitrón. Estos dulces bloques rectangulares que se obtienen del corazón o centro de la biznaga encontraron un lugar importante como ingrediente en muchos platillos y postres mexicanos, pero al parecer hoy en día está prohibida su elaboración por la disminución de las biznagas silvestres por todo el país. Asociados a estas frutas cristalizadas están los ates, que también se elaboran en el estado y que se pueden preparar de guayaba, perón, membrillo, pera y manzana, este último es una especialidad del municipio de San Joaquín.




Sin ser propiamente un dulce, el llamado quiote fue una golosina de los niños de muchas generaciones en la región del semidesierto. Casi al final de su vida el maguey florece y para eso le crece desde el centro o corazón un gran tallo de cerca de cuatro metros de largo. Pues ese largo apéndice es el llamado quiote (del náhuatl quiotl, brote). El tallo se asa u hornea y sus jugos se convierten en dulce sumo que refresca. El largo brote se corta en gruesos discos para su venta. Es como si se tratara de una gran caña de azúcar. El fibroso tallo se mastica para extraer su dulce zumo y luego se desecha el bagazo. Es una sorpresa que el quiote todavía se venda por todo el estado cuando jóvenes y adultos pueden ya comer y beber infinidad de productos industrializados.


Quiote

Quiote mercado del Tepe


Un fruto del semidesierto poco conocido es el garambullo. Esta tubular cactácea del mismo nombre que el fruto, crece más de dos metros por todo el estado y en los meses de junio y julio tiene entre sus grandes espinas pequeños frutos del tamaño de una uva, pero con un sabor y consistencia muy parecidos al de la tuna roja. El fruto no tiene espina alguna y es muy dulce.  Se vende en los mercados y hasta se elabora nieve de garambullo.


Pequeño garambullo

Planta de garambullo, pero sin frutos



Del tamaño de una uva, pero con sabor a pitahaya


No son dulces, pero sí una golosina popular, los garbanzos en vaina. En Guadalajara se les llama Guasanas o en otros lugares del Bajío, garbanzos verdes o soló garbanzos. Aquí en Querétaro les llaman Garbanza y se les encuentra en los mercados tradicionales como el Tepe (véase Seguro lo encuentras en El Tepe, mayo 2009) o La Cruz y en las calles de la ciudad. Esta leguminosa de origen mediterráneo se prepara al vapor dentro de sus vainas y para comerla no se le quita la vaina antes de comerla, sino que se hace en la boca. Así al venderla se le puede agregar sal, limón, chile y aunque todo esto cubre las vainas y no los garbanzos ambos van a la boca. Es un alimento económico, saludable, quita el hambre y uno se entretiene mucho tiempo separando las vainas y comiendo los garbanzos.


Planta de garbanzos

Garbanza lista para venderse
   Continuará...