jueves, 26 de febrero de 2009

La Colección











Hasta que la muerte nos separe.







La Colección.
En el pasado mes de enero visité por segunda vez un lugar muy original de la ciudad de Querétaro; el bar La Colección. Hace cerca de dos años y medio lo encontré caminando por las calles del centro de la ciudad e incluso me detuve a beber una cerveza. Se encuentra en la calle de Mariano Escobedo a media cuadra de la esquina con Vicente Guerrero. Prefiero las cantinas, pero lo particular del lugar me atrajo. El bar es un poco más caro que las cantinas, le falta la botana y el ambiente popular, pero vale la pena conocerlo. Una buena parte de las paredes del establecimiento están cubiertas de piso a techo con vitrinas que exhiben una colección de cerca de 900 automóviles a escala 1-18. Casi todos parecen autos de metal que ya se venden armados, pero me pareció ver algunos de los de plástico que se arman y pintan. El conjunto automovilístico es además de grande muy variado. Están en una vitrina autos de carreras de diferentes categorías y épocas, más allá los modelos de las tres primeras décadas del siglo pasado. En otro lugar hay autos de los años cuarenta y cincuenta. Tienen también un amplio e impresionante grupo de los Muscle Cars de los años sesenta y setenta y con ellos todo una serie de los ya clásicos Mustangs y no pueden faltar los Corvettes. En otra pared se pueden ver modelos de series de televisión, películas y autos modificados. Hay lujosos y caros autos europeos como Ferrari, Porsche, Lamborghini, pero se exhiben también autos más modestos o menos espectaculares como un grupo de Volkswagen sedanes o vochos como los llamamos en México. En otra vitrina están las camionetas de diferentes épocas. Mi descripción es mala pues conozco poco de automóviles, cada día aumenta la cantidad de marcas y modelos y tiene ya un par de décadas que renuncié a tratar de identificar cuanto automóvil encuentro en las calles. Me sorprenden las personas que conocen todas las marcas, precios, motores y que características se modificaron de un modelo a otro. Confieso ser aficionado a los carros, pero sólo a los vochos. Allá por 1980 mi primer auto (la inolvidable Astronave) fue un vochito modelo 1968 y desde entonces no he tenido automóvil que no sea Volkswagen sedán. Tuve después otro vocho modelo 1982 (El Nanche, pues por años estuvo pintado amarillo), posteriormente uno más del año 1992 (El Ángel por su color blanco). Hoy manejo un modelo 2003 (El Diablo por su color rojo) el cual espero, ahora que ya no los fabrican más, conducir el resto de mi vida. No poseo un bar para exhibirla, ni centenares de modelos, pero también tengo una modesta colección de autos. Hace cinco o seis años mi amigo Juan Carlos Olmedo me obsequió un pequeño vocho pintado como verde taxi ecológico de la ciudad de México. Ese fue el inicio de la colección, con los años he comprado o me han obsequiado más y hoy tengo cerca de 30 piezas; está en mi oficina, es pequeña y modesta, pues compro solamente modelos de bajo precio. Sería absurdo gastar mucho dinero en una colección de modelos de un auto conocido por sencillo y económico. Si tienes un vochito, felicidades, pero cuídalo mucho.

martes, 3 de febrero de 2009

De madrugada ataco.




Tacos Victor.
Pocas veces estoy fuera de casa muy tarde, así que cuando llego a estar en la calle más allá de la media noche, me sorprende la gran actividad nocturna que encuentro, incluso en Querétaro. Hace unos meses salí a eso de las dos y media de la mañana a la estación de autobuses y a mi regreso pude ver como estaba cerrando un puesto de tacos que a menudo visito. Tacos Victor se instala en la esquina del paseo de la Constitución y avenida Peñuelas. Existe ahí una carpa de lona permanente y al caer la tarde en un remolque de acero inoxidable llevan todo lo necesario para vender tacos. El lugar está en la ruta a casa y muchas veces cuando regreso de trabajar sin haber comido, me detengo por unos cuantos tacos. Los hay de pastor, bistec, suadero, tripa, longaniza y preparan gringas también. Aunque anuncian y nombran el último tipo de tacos como de chorizo en realidad son de longaniza. Leía en un viejo libro sobre la historia de Toluca en el siglo XIX, que tradicionalmente el chorizo va anudado a cierta distancia, mientras que la longaniza es una sola tripa sin anudar mas que en sus extremos. Además el chorizo era hecho con más carne o ingredientes de mayor calidad que aquellos de la longaniza. El chorizo era comida de clase medias y altas, mientras que la longaniza era para el consumo popular. En Tacos Victor el surtido ofrecido no es muy grande, pero todo es bueno, está muy limpio y el servicio es rápido y amable. Prefiero los de suadero y tripa, pero igual a veces por cambiar pruebo la variedad. Las salsas también son buenas, no faltan los pepinos, rábanos y cebollas en vinagre y orégano. No recuerdo haber visto todavía en Querétaro una taquería que tenga su gran florero con pápalo-quelite para acompañar los tacos. Estoy seguro que no han de ser los únicos tacos que se venden a esas horas, pero es bueno tenerlos en la mente por si alguna noche, muy tarde, desearan tacos. Ahora recuerdo que no muy lejos, en la esquina de paseo de la Constitución y avenida Pie de la Cuesta hay otro pequeño puesto de tacos, que muy seguido veo que están limpiando y levantando cuando paso camino de mi trabajo a eso de las seis de la mañana. De este último lugar no opino, pues no lo he visitado, pero a los seres de la noche que lo conozcan, los invito a que escriban un comentario al respecto.