sábado, 23 de abril de 2011

Tan queretano como La Mariposa.






































Tradición queretana.


Querétaro es una ciudad que ha cambiado mucho en los pasados 25 años; ha crecido a un ritmo inusual y su fisonomía se ha transformado también paulatinamente. Como en muchos otros lugares, han aparecido grandes centros comerciales, hoteles, anchas avenidas, impresionantes pasos a desnivel, nuevas colonias; han desaparecido los grandes cines, huertas, campos de cultivo y muchos establecimientos tradicionales. Uno de los pocos negocios de gran tradición en la ciudad y que ha sobrevivido el embate de la modernización queretana es La Mariposa, dulcería, nevería y cafetería. Fue en el lejano año de 1940 cuando la familia De la Vega Burgos abrió este establecimiento y desde esa fecha hasta nuestros días se ha mantenido en el gusto de los habitantes y visitantes de Querétaro. A lo largo de estos 70 años se ha mudado a varios lugares en el centro de la ciudad y hoy se encuentra en la calle de Ángela Peralta número 7, a unos cien metros del histórico Teatro de la República. La Mariposa cuenta con una muy tradicional cafetería, no muy grande pero con un muy buen servicio. Hay tacos, enchiladas, sándwiches, jugos, refrescos, helados, malteadas, café y muchos otros platillos sencillos pero de gran calidad. Me llamó la atención que se ofrecen todavía medianoches de jamón, un platillo que se puso muy de moda en casi todo el país allá por los años cincuenta del siglo pasado y que hoy ya casi en ningún lugar se ofrece. Junto al salón cafetería hay una pequeña tienda donde se venden dulces y canastos de frutas cristalizadas. A un costado de la entrada hay otra sección donde se ofrecen helados, malteadas, pasteles y otros alimentos para llevar. En esta parte son tradicionales sus helados de mantecado, sus espesas malteadas y su nieve de huamishe (fruto de una cactácea). El centro de la ciudad ofrece cada día mayores atractivos, siempre hay que tener en mente a La Mariposa para hacer un alto a mitad de la larga visita, ya sea para comer algo ligero o tan sólo para pasar por un refrescante helado a su nevería.

viernes, 22 de abril de 2011

Próximos eventos

Dos visitas.
En fechas próximas se podrán visitar de nuevo dos lugares ya reseñados en este blog. Probablemente en unas semanas ya se pueda ir a Senegal de Palomas a recolectar zarzamoras (véase ¡Y la cosecha de zarazamoras pronto se acaba! mayo 2010). Y al parecer el primer fin de semana del mes de junio se celebrará el 4o Festival de las Comunidades Extranjeras en Querétaro (véase Querétaro cosmopolitano, junio 2010). Regístrenlo en sus agendas y no se los pierdan.

domingo, 3 de abril de 2011

El pasado de la ciudad de Querétaro.



Jardín Zenea y templo de San Francisco





Libros queretanos.
Esta vez quiero comentar sobre dos magníficas obras sobre la Historia de la Ciudad de Querétaro, libros de lectura indispensable para todo aquel que se sienta orgulloso de su ciudad y quiera conocer con detalle su desarrollo. La primera obra es Vuelo y andanzas por los barrios de Santiago de Querétaro del investigador Edgardo Moreno Pérez. Esta extraordinaria obra fue publicada por El Archivo Histórico de Querétaro y es precisamente ahí donde se puede adquirir, Madero número 70, a un costado de la Catedral y a una cuadra del Jardín Guerrero. El autor es un consumado escritor, autor de muchos más textos históricos o culturales. En la obra divide a la ciudad en rumbos o secciones: El Centro Histórico, La Estación, El Río, El Cerro de las Campanas, y El Cimatario; los partes de la ciudad hasta inicios del siglo pasado, pues hoy en día Querétaro ha crecido mucho más que esas partes. De cada rumbo se detalla su origen, sus barrios, iglesias, fiestas, principales construcciones, actividades económicas, principales acontecimientos, tradiciones y costumbres. La obra tiene gran rigor académico y se hace evidente que es fruto de muchos años de investigación y de recorrer, observar y ante todo disfrutar la ciudad. Ahí podemos conocer y entender el carácter o idiosincrasia de cada barrio, La Cruz, San Francisquito, Santa Rosa, El Tepetate, San Roque, El Cerrito, La Trinidad, por mencionar apenas unos cuantos. El detalle es apabullador, le permita a uno advertir cuan diferente fue la vida de esta metrópoli apenas hace un siglo y como se fue transformando con el paso de las décadas. Por si todo esto fuera poco, al final de la obra hay un apéndice con información estadística sobre la ciudad y cuadros que recogen la información más importante de cada uno de los barrios queretanos. Es pues una obra que rescata y presenta de forma detallada y organizada para su rápida consulta la historia de la ciudad, desmenuzada en cada uno de sus barrios.


La otra obra, que complementa sin duda a la primera, es Rincones y remembranzas, Crónicas Queretanas de Jaime Zúñiga Burgos (seguro lo encuentra en la Librería Cultural del Centro, en los portales frente el jardín Zenea). Este libro es un muy sabroso relato sobre algunas partes de la ciudad, sus tradiciones y principales acontecimientos. En algo me recordó las Viñetas queretanas de Luis Vega Monroy. Don Jaime, orgulloso queretano y autor de muchas otras obras sobre su patria chica, relata con gran maestría y amenidad el paso del tiempo y la evolución de la ciudad. En cada capítulo se rescata interesante información de temas como El Cimatario, El Pueblito, La Plaza de Arriba, El Jardín de los Platitos, la radio queretana, los primeros carros y las motocicletas, las fábricas de jabón, La Alameda Miguel Hidalgo, el zoológico, la casa de las muchachas o San Pedro de la Cañada. Es un magnífico relato costumbrista que seguramente se apoya más en el amor, conocimientos y gran memoria del autor, que en una profunda investigación. Para el habitante del moderno Querétaro estas dos obras le revelan vidas y costumbres muy distintas, en un mismo espacio, pero a décadas de distancia. Tras leerlas la vida y recorridos por la ciudad no podrán volver a ser los mismo, cada paso tendrá mayor sentido y se harán presentes esos fantasmas del magnífico y rico pasado queretano.