martes, 16 de marzo de 2010

¡Es como un sueño!

Pequeño zacahuil



Xilitla desde lo alto















Xilitla.
En diciembre del año pasado pude por fin visitar Xilitla, famoso pueblo en la Huasteca potosina. Ya desde hace más de 20 años había oído del lugar y del famoso jardín surrealista de Edward James. En la familia decidimos pasar la Nochebuena y Navidad de viaje y puedo decirles que fueron magníficas fiestas descubriendo nuestro país y su gente. Xilitla se encuentra a unos cuantos kilómetros de la Sierra Gorda queretana, rumbo a Cd. Valles. La población está en plena Sierra Madre Oriental, justo donde las montañas detienen las nubes y la humedad que provienen del Golfo de México. Al parecer en verano el lugar es muy caluroso y húmedo, pero en diciembre la temperatura fue muy agradable, aunque con algo de humedad. Este especial clima desarrolla en la región una exuberante vegetación, por años ha dado fama al café de Xilitla y animó a Edward James a comprar una propiedad, allá por 1948 (Las Pozas), para establecer un orquidiario. James fue un millonario inglés, artista y también patrono de las artes, viajó por todo el mundo y en uno de sus múltiples recorridos encontró Xilitla. Fue hasta la década de los años setenta del siglo pasado que este personaje empezó a construir en su propiedad hermosas y extrañas estructuras de concreto, algunas para servir como vivienda, pero la mayoría con propósitos meramente ornamentales. Esta arquitectura fantástica se convierte en algo todavía más atractivo por encontrase casi perdida u oculta en la densa vegetación de la región. El extraño conjunto se antoja escenario de un sueño o de una obra artística surrealista. Me imagino que en el intenso y sofocante calor del verano el lugar genera todavía un mayor impacto en los visitantes. Las Pozas se encuentra en inclinada ladera, por lo que recorrerla es cansado, pero también agrega belleza a sus estructuras dispuestas en variados niveles, apareciendo y desapareciendo tras la vegetación. En un extremo del terreno corre un hermoso y fresco arroyo que debe de ser un paraíso para los visitantes en época de calor. En el pueblo de Xilitla existe un museo-restaurante con los moldes originales que se usaron para hacer las caprichosas formas arquitectónicas, así como información sobre la vida de Edward James.
Otra actividad que disfrutamos mucho fue después nuestra larga visita a Las Pozas; justo frente a este lugar nos ofrecieron un recorrido en motocicletas de cuatro ruedas por los alrededores de Xilitla. El paseo no sólo fue muy divertido, sino que también nos llevó por caminos y veredas que difícilmente se recorren sin la guía de un lugareño. Xilitla aparece en fotos de hace unos setenta años como un típico pueblo mexicano de esa época, con construcciones de adobe y techos de teja; poco queda ya de ese pintoresco pueblo, pero sus habitantes son los mismos, muy amables y orgullosos de su región. Un gran número de personas visitan Xilitla, resulta interesante como el jardín de Edward James atrae a cientos, incluso miles de personas diariamente, muchos de ellos jóvenes europeos; llegan indefectiblemente a este sitio algo aislado y de no fácil acceso. No hay en la población lujosos hoteles o paradisiacos resorts, sino sencillos hostales, pequeños hoteles y cabañas. La comida sigue teniendo una fuerte influencia indígena y es otro interesante atractivo regional. Nosotros nos hospedamos en el original Hostal del Café


pequeño hotel familiar amablemente atendido por Dalila y Alex. Ahí cenamos la noche del día 24, una cena que vivirá en mi memoria por lo exquisito de sus alimentos, la extrema amabilidad de nuestros anfitriones y sobre todo por la interesantísima conversación que tuvimos sobre las costumbres, historia, y características de Xilitla y sus alrededores. En cualquier hotel se puede tener una rica y sofisticada cena, pero la atención personal, los amplios conocimientos y entretenida conversación de Dalila y Alex, fueron lo mejor de nuestra estancia en el Hostal del Café. Si vas a pasear por las misiones de la Sierra Gorda queretana, extiende un poco tu recorrido y no dejes de visitar Xilitla.