lunes, 29 de febrero de 2016

Más mexicano que el hot dog.

Mi Changuita.
Un estudiante francés me platicaba, que antes de venir a México, en París gustaba mucho de la comida mexicana en su restaurante favorito El Rancho y que su platillo favorito eran las fajitas. Le resultó una gran sorpresa no encontrar fajitas en México y que al pedirlas en restaurantes, ni siquiera las conocieran. En todo el mundo hay restaurantes especializados en comida de otros países, pero por desconocimiento o por la dificultad de obtener los ingredientes originales, este tipo de lugares  casi siempre ofrecen buenas o malas aproximaciones y es de esperarse.  Estudiantes de origen chino que han probado comida en restaurantes chinos en México, me han asegurado, que incluso en aquellos cuyos dueños son chinos, los platillos tienen poco que ver con la auténtica comida del país de la Gran Muralla. Pero el caso de la fajitas es diferente, en muchos países del mundo confunden la llamada cocina Tex-Mex con la comida de nuestro país. Hay una serie de platillos que se desarrollaron en la zona de la frontera entre México - Estados Unidos y cuyo auténtico origen resulta casi imposible de determinar con certeza. Muchos norteamericanos supondrán que son parte de la comida mexicana y por su parte los mexicanos pensarán que son del suroeste de la Unión Americana. Pero cuando los ingredientes son chile, tortillas o frijoles es más fácil suponer que su origen es México, y es más lógico todavía al considerar que la mayor parte de la zona fronteriza al sur de los Estados Unidos perteneció a México por muchos años.  Los platillos más conocidos de este tipo de comida Tex-Mex  son  los burritos, el chile con carne, las sopaipillas, las fajitas, los nachos y las chimichangas,  sobra decir que algunos de estos platillos son completamente desconocidos en el sur de México.









 Me gusta mucho el chile con carne, pero es casi imposible verlo en el centro-sur de México y cuando lo he encontrado, deja mucho que desear.  Ahora en Querétaro hay un novedoso restaurante cuya especialidad es uno de los platillos de la cocina Tex-Mex.  El lugar se llama Mi Changuita,  ofrece chimichangas y otros originales platillos. Las chimichangas no son más que una especie de burritos en tortillas de harina con diferentes rellenos y fritos hasta parecer un rollo primavera chino. Las chimichangas se conocen en toda la zona de la frontera pero al parecer su origen es la región de Arizona y Sonora. En Mi Changuita estos bocadillos son un poco más pequeños que los originales, pero esto permite al comensal probar de tres o cuatro de los nueve diferentes rellenos que se ofrecen.  Hay de frijoles con chorizo, chicharrón, cochinita pibil, carne de res, espinacas con queso, pollo con mole, pastor con piña, pollo con champiñones y chorizo con queso. Pero eso no es todo; puedes probar hot dogs, hamburguesas, tacos y tortas, todo con nombre muy originales que usan mucho la ch y en atrevidas combinaciones. Un ejemplo es la Chila-kill-bill, torta rellena de chilaquiles verdes o rojos, aderezada con carne o chorizo. A todo esto hay que agregar varias y magníficas salsas. Se ofrecen también aguas de frutas naturales y postres. Su mobiliario y es sencillo, original y colorido. Cuando visites el centro date una vuelta por Mi Changuita, está en la calle de Hidalgo número 23, a cuadra y media del Teatro de la República. Prueba algo de la cocina norteña, sin gastar demasiado. Búscalos también en Facebook.  

domingo, 21 de febrero de 2016

Buenos y baratos.

Tacos La Congregación.
Fue durante mi adolescencia que empecé a recorrer taquerías y pienso que deben de ser ya cientos las que he visitado. Me gusta regresar a algunas, pero no creo tener una favorita; aprecio ante todo la variedad en ellas.  La diversidad de ingredientes, la forma de prepararlos,  sus salsas, que si venden tepache (ya muy pocas), que si tienen buenas aguas frescas, que si son baratos. Recuerdo cuando joven haber comido veinte o más tacos de a peso, preocupado más por la cantidad que por la calidad. He comido mucho en taquerías bien establecidas, pero los puestos callejeros siempre llaman mi atención y en algunos he tenido placenteras e inolvidables cenas. Ahí están, miles de puestos en las vespertinas calles de México esperando a sorprendernos o  satisfacer las necesidades de todo buen tacólico.






En Querétraro hay un buen número de puestos callejeros y hoy escribiré de uno fácil de encontrar y disfrutar. Esta taquería se pone por las noches en la pequeña plaza frente al templo de la Congregación, donde se encuentra la escultura que honra a Juan Caballero y Ocio, a una cuadra de la Plaza de Armas y del Jardín Zenea.  Su nombre es el mismo del templo frente al que ponen y no entiendo la razón por la que no son tan conocidos como los hot-dogs, buñuelos o tamales que se expenden en el mismo lugar.  Ofrecen tacos de bistec, chorizo, combinados, quesadillas y se distinguen sus mulas; especie de quesadillas sincronizadas con bistec o chorizo. Son tacos chicos y su precio es módico. Sus salsas son buenas y siempre se podrá rematar la cena con un buñuelo de la misma placita. Tienen unos cuantos bancos de plástico por si deseas sentarte, pero de pie se puede comer más. Algo poco común es que ofrecen agua para lavarse las manos. Si eres de esos mexicanos que no comen en la calle, no sabes de lo que te estás perdiendo. Ármate de valor y descubrirás un mundo de sabores maravillosos a un precio bastante razonable.   


Artesanías Queretanas.

Centro de Desarrollo Artesanal Indígena

Querétaro no sólo es una ciudad que crece como nunca;  también se cuentan por miles las personas que la visitan cada fin de semana y en periodos vacacionales. La mayor parte de los visitantes recorren a pie los múltiples atractivos que se concentran en el centro de la ciudad, del Jardín Guerrero a la Plaza de Armas. Pocos son los que se aventuran hasta la antigua estación del tren, la plaza Mariano de las Casas o el convento de la Cruz. Muchos menos llegan hasta el Cerro de las Campañas o al parque Bicentenario en Santa Rosa Jáuregui. Los hoteles, bares,  restaurantes, tiendas y museos son apenas suficientes para recibir y entretener a tantos visitantes; es por eso que debemos celebrar el surgimiento de nuevos atractivos como el Museo del Calendario (véase ¿A cómo estamos?, noviembre 2015)  o el CEDAI. Este último apenas abrió en enero del año pasado y es un atractivo más que los turistas pueden visitar y en donde encontrarán la mayoría de las artesanías queretanas.  Además de ofrecer una amplia variedad de hermosos objetos elaborados en el estado, el CEDAI tiene un pequeño museo con información sobre los diversos grupos indígenas en el país y en Querétaro. 





Los artesanos de diferentes regiones ofrecen en el hermoso lugar lo mejor de su producción. Lo mismo hay sencillos y económicos recuerdos, que artículos más elaborados y de un precio mayor. Antes, algunos artesanos indígenas ofrecían su cerámica y textiles en unos puestos en la Plaza Fundadores, frente al Templo de la Cruz, pero este nuevo lugar es más grande y ofrece una variedad más amplia de artículos: cerámica, juguetes de hojalata, manteles, ropa, bolsas tejidas, pequeñas piezas de cantera, artículos de piel de conejo, objetos de mármol, cestería, sombreros y hermosas muñecas de tela. Este centro artesanal está en el número 20 de la calle de Allende, a unas tres cuadras del Jardín Zenea o a cuadra y media de la Plaza de la Constitución. Si visitas o vives en Querétaro, embellece tu persona o tu hogar con alguno de los objetos que se ofrecen en el CEDAI.