martes, 25 de junio de 2013

La Mixteca se extiende.







 

Comida oaxaqueña
Aunque hay platillos identificados en todo el mundo como comida mexicana, en realidad dentro de nuestro país hay varias cocinas regionales y en cada una de ellas con una gran diversidad de platillos. Es cierto que existen algunos productos que se repiten por el territorio nacional, como los tamales, los tacos o las enchiladas, pero todos con alguna variante. Podemos identificar como las cocinas regionales más importantes y difundidas a la yucateca, la oaxaqueña y la poblana, sin ánimo de olvidar la veracruzana, la michoacana  y la chiapaneca que son sin duda buenas, pero no tan conocidas. Está también la comida norteña compartida por varios estados y muy diferente a las del resto del país.


A últimas fechas he notado un crecimiento en la difusión y consumo de la comida oaxaqueña, su quesillo, chapulines, tasajo y chocolate se pueden encontrar ahora en mucho otros estados del país y crece el número de restaurantes especializados en su cocina. Recuerdo un puesto en el mercado de Portales en la ciudad de México que por décadas ha vendido una gran variedad de productos de Oaxaca. Hace quizá unos veinte años empezaron a verse camionetas estacionadas por las calles, que desde su parte posterior expendían también una variedad quizá menor de estos artículos. Debe de haber miles de personas que se dedican ahora exportar desde Oaxaca hacia el resto del país un flujo constante y considerable de moles, chapulines, quesillo, chocolate, tasajo, mescal, nenguanitos, tlayudas, cecina o chorizo. Pero la amplia distribución de productos no es suficiente, hacen falta también restaurantes que los preparen, pues muchos platillos más que simplemente comprar los ingredientes, requieren de una compleja preparación.

Hace unos días pasé frente a un restaurante de comida Oaxaqueña en Querétaro nuevo para mí, pues poco camino por esa parte del centro, ya conocía y había escrito de María y su bici (véase ¡vamos a comer al centro, octubre 2010) que también tiene comida de Oaxaca. Luego del descubrimiento, al siguiente domingo visitamos el lugar en familia. El restaurante está por cumplir ya dos años de haber abierto y se llama Zandunga, se encuentra en el número 99 de la calle de Madero a una cuadra del jardín Guerrero y prácticamente en la contraesquina de la Catedral. Hay desayunos y comidas en una gran variedad de platillos de la cocina oaxaqueña. Me resultó atractiva la horchata con tuna roja, melón y nuez; roja y blanca antes de mezclarse y de un rosa muy mexicano después. Hay ricas y variadas tlayudas, mole negro, mole amarillo, memelitas, chilaquiles, tasajo, ensaladas, cecina, tamales chapulines y muchas otras cosas como para sentir que se come en el mercado 20 de noviembre de la ciudad de Oaxaca. El lugar es amplio, el servicio bueno y los precios módicos. Los platos van muy bien servidos, así que no pida demasiado, mejor hay que hacer varias visitas. También venden chocolate para preparar en casa y artesanía oaxaqueña. Buen provecho.  

domingo, 16 de junio de 2013

Cecina y abundante comida.

 

 
 
 







La Huasteca en Querétaro.
Querétaro es visitado por un creciente número de personas, la mayoría de ellas se quedan con la idea de que todo el estado es de tierras planas y semiáridas, pero la parte norte es asombrosamente muy diferente. La Huasteca es una zona geográfica en la Sierra Madre Oriental con agua en abundancia, montañas cubiertas de exuberante vegetación y cálida temperatura. Esta región es parte de 6 estados, Tamaulipas, San Luis Potosí, Veracruz, Puebla, Hidalgo y Querétaro. Ahí habitaron los indígenas del mismo nombre, Huastecos, e incluso llegó a haber propuestas de crear con ella una nueva entidad federativa. La música de la Huasteca es el huapango, tocada generalmente por un trío, en el que el instrumento distintivo es el violín y que se canta con una voz cercana al falsete. El plato más famosos de la Huasteca es el zacahuil, gigantesco tamal de varios kilos de peso y preparado en celebraciones comunitarias. Otro platillo de la región es la cecina, carne de res primero marinada y luego puesta a secar, pero no por completo.

Desde la ciudad de Querétaro la Huasteca está a casi tres o cuatro horas de camino, pero ahora es posible disfrutar de algunos de los platillos regionales en un restaurante de la colonia Cimatario. Los Huastecos, que se encuentra en la calle de fray Pedro de Gante, tiene como especialidad la cecina, pero también ofrece otros platillos huastecos como una versión reducida del zacahuil. La carta es muy variada, el servicio es bueno y los precios moderados. En lo personal prefiero la cecina estilo Yecapixtla (Morelos), más seca y salada, pero también disfruto la suavidad, sutil sabor a naranja de la cecina huasteca. Los Huastecos ofrece sopas, ensaladas, carnes, postres, pero como que la especialidad son platos de cecina y enchiladas en diversas y ricas salsas. Los platos están muy bien servidos, con cinco enchiladas y una muy buena porción de cecina. El restaurante es definitivamente familiar, así que se pueden pedir medias órdenes para los niños y aquellos no tan tragones. Buen provecho.  

Experiencia única.






Apoya al campo queretano.
Deben de quedar dos, cuando mucho tres fines de semana en este año para que vivas la experiencia de recolectar zarzamoras. Por cientos de miles de años la humanidad buscó y recolectó día a día sus alimentos; es curiosos que hacer lo mismo hoy resulta algo interesante, divertido y completamente ajeno a nuestra forma de vida tradicional. En sábado o domingo y a unos 35 minutos de Querétaro visita este campo de zarzamoras y vive una experiencia única (véase ¡Y la cosecha de zarzamoras pronto se acaba!, mayo de 2010). Que tus hijos no lean en libros o vean en un museo cómo era la vida hace algunos años, llévalos a vivir la experiencia de recolectar su comida directamente de las plantas, además la fruta es deliciosa, económica y poco común en México.