Coroneo
Algo que distinguió a Querétaro en la época colonial
fue su producción textil, en las orillas de aquella pequeña ciudad había un
gran número de trapiches u obrajes. Ambos eran talleres donde se producía tela
y lo que los distinguía era su tamaño, los primeros era pequeños talleres
familiares y los segundos grandes talleres que reunían a varios telares y trabajadores.
Los informes de las autoridades virreinales nos hablan de una gran producción
de telas de algodón y también una parte de telas de lana. Estos talleres eran
una parte muy importante de la actividad económica de la ciudad, pero tanto
talleres como trapiches disminuyeron de forma importante. Los trabajadores
textiles trabajaban o incluso vivían en muy malas condiciones. Los dueños de
los talleres recurrían al sistema de endeudamiento para asegurarse una fuerza
laboral constante, además de malos sueldos y malas condiciones, aumentaban sus
ganancias. El barón Alexander von
Humbolt quien visitó Querétaro a fines de la época colonial describió estas
condiciones.
"Los fabricantes de Querétaro practican la
misma estratagema de que se valen los fabricantes de paños de Quito y se usan en las haciendas en donde como
faltan esclavos, los jornaleros son muy escasos, se escogen entre los indígenas aquellos que son más miserables pero
que muestran aptitud para el trabajo, se les adelanta una pequeña
cantidad de dinero, que el indio como gusta de embriagarse, gasta en pocos días,
constituido así en deudor del amo
se le encierra en el taller con el pretexto de hacerle trabajar para pagar su deuda.
No se le cuenta su jornal más
que a real y medio… en vez de pagarse en dinero constante, se tiene buen
cuidado en suministrarle la comida, el aguardiente y los vestidos, en cuyos
precios gana el fabricante el 50 ó 60%. De esta manera el obrero más laborioso
siempre está en deuda y se ejercen sobre su persona los mismos derechos que se
creé adquirir sobre un esclavo comprado."
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Pueblo y fábrica de Hércules |
La Revolución industrial llegó al mundo textil
queretano con la inauguración de la Fábrica del Hércules en el año de 1846,
misma que ya contó con moderna maquinaria traída desde Inglaterra y que
inicialmente requirió de gran cantidad del agua del río Querétaro como fuerza motriz.
La producción de telas se recuperó con esta fábrica y otras que abrieron años
más tarde. Esta modernización en la producción también vino a causar el cierre
de los pequeños talleres que habían logrado sobrevivir a los cambios en el
México independiente. Lo que al parecer no volvió fue la producción de telas de
lana. El algodón siguió siendo la más importante materia prima y ya en el siglo
XX aparecerían las fibras sintéticas. A fines del siglo pasado la producción
textil dejó de ser importante en Querétaro, se impuso la producción de
autopartes y otros nuevos giros.
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Tienda en Coroneo
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En su mercado hay buen consomé y barbacoa
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Fábrica el Rosario |
El clima en Querétaro no llega a ser muy frío
en invierno. Es quizá esta la razón por la que las telas de lana prácticamente
dejaran de ser producidas. Finos casimires y otros productos de lana se
elaboraron el siglo pasado por mucho tiempo en fábricas de Puebla y Tlaxcala y
de forma artesanal en algunas regiones frías del país. Aunque la lana poco se trabaja ya en
Querétaro, muy cerca de la ciudad capital del estado, en Guanajuato, hay una de
esas poblaciones o regiones que siguen trabajando esta fibra. A unos sesenta
kilómetros de la ciudad de acueducto y las gorditas se encuentra la población
de Coroneo y ahí los artículos de lana son su artesanía más importante. A un
costado del mercado principal hay incluso un recinto (Mercado Artesanal
Coroneo) con decenas de pequeños locales
que venden todo tipo de productos de lana, desde abrigadoras prendas, hasta
estambre de lana para aquello que prefieran tejer lo propio. Hay también otras
tiendas dispersas por sus calles, donde no solo se puede comprar, ropa o
estambre, también puede uno encargar la elaboración de alguna prenda especial,
por su tamaño, forma o decoración. Cada año los artesanos de Coroneo,
participan en concursos nacionales con hermosas y finas prendas de lana. Hay
decenas de personas que tienen toda una vida tejiendo la lana y hacen
maravillas artesanales. Se pueden encontrar
desde gruesas cobijas, gabanes, sweateres, chalecos, rebozos, morrales, gorros,
pantuflas, chambritas… Es necesario
aclarar que como en todo, en la lana de Coroneo hay diferentes calidades, hay
que preguntar y comparar, pero todos los precios son muy buenos. Incluso hay en
la orillas de la población una fábrica (El Rosario) donde se puede encontrar
fino estambre de pura lana. Si visitas Coroneo debes detenerte en el
restaurante Doña Lidia, que se distingue por su buena cocina y mobiliario
único; había oído de la cama de piedra, pero nunca de mesas y bancas de ese
material.
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Cojín tejido por mi esposa |
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Chaleco hecho por pedido |
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Chaleco comprado en la plaza principal
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Estambres |
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Aperitivo servido al sentarte
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Mesas y bancas para varias vidas |