Chicharrón de res.
El sábado 14 de junio visité un tianguis con cierta fama aquí en la ciudad de Querétaro, el de la colonia Presidentes. Un colega en la escuela, así como algunos estudiantes me habían comentado sobre su tamaño y la variedad de artículos que ahí se venden cada sábado. Hubiera querido ir más temprano, pero me levanté tarde ese día. Ya a eso de las diez y media de la mañana me puse en camino. Me habían sugerido estacionar mi auto cerca del lugar y luego tomar un taxi, no porque el lugar sea inseguro, sino por lo complicado que es estacionarse en la cercanía; tal como lo comprobé al llegar en taxi. El tianguis se coloca en una especie de explanada de piso de tierra, frente al edificio de un pequeño mercado permanente. Encontré muchos puestos de cosas usadas: herramienta, ropa, calzado, artículos electrodomésticos, juguetes y todo tipo de artículos del hogar. No iba buscando algo en particular, sino conocer el lugar. Encontré en un puesto varias raquetas de tenis usadas y compré una de grafito y kevlar por sólo cincuenta pesos. Ahora que Ana Violeta está tomando clases de ese deporte pensé en tener una raqueta, para de vez en cuando practicar o jugar con ella. Mi vieja raqueta de madera, seguro me la confisca el Instituto Nacional de Antropología e Historia, si me atrevo a jugar con ella. Había varios puestos con grandes montones de ropa usada y muchas personas revisando las prendas. En la parte posterior del tianguis había también puestos de comida. Terminé mi recorrido en unos cuarenta minutos y antes de irme, entré a conocer el mercado permanente. Había puestos de fruta, verdura, abarrotes y muchos que ofrecían alimentos. Aquí en Querétaro es muy común en los mercados encontrar lugares que tienes diez o quince cazuelitas con guisados y con ellos preparan los tacos que se venden: pollo, nopales, moronga, verdolagas, huevo, calabacitas, chicharrón, picadillo, rajas, tortitas de carne deshebrada, chiles rellenos y otros más. Pero en un puesto con una gran concurrencia vi que servían tacos de algo intrigante y que no alcanzaba a identificar. De un gran cazo como de carnitas sacaban algo que parecía panza, lo picaban y con eso hacían tacos. Más por curiosidad que por hambre, pedí dos con una seña y de inmediato los prepararon con doble tortilla. Los ingredientes eran variados, pero sin duda alguna, todos vísceras de res; algo de panza, hígado, y algunas otros órganos que escaparon la identificación. Me llamó la atención que los trozos de panza que vi eran blancos en su exterior y negros en su interior (o viceversa). También me sorprendió el sabor tan moderado que tenía, pues por lo regular mucha gente rechaza comer vísceras por su fuerte gusto. Su sabor y apariencia no era de algo muy grasoso, a pesar de que seguramente se fríen en sebo o grasa de res, quizá no lo suficiente como para hacerlos crocantes. Pregunté por el nombre de este tipo de tacos y me contestaron que eran de chicharrón de res. El chicharrón de cerdo es la piel del mismo animal frita, pero está también el llamado chicharrón prensado que son los restos o residuos que quedan de la preparación de la carne del cerdo. Me imagino que en este caso también se le da el término de chicharrón por ser un subproducto de la res frito. Los tacos sabían bien, pero esperaba algo con un sabor más definido o característico. Otro sábado volveré al lugar para probar algunas cosas más que vi durante la breve visita.
El sábado 14 de junio visité un tianguis con cierta fama aquí en la ciudad de Querétaro, el de la colonia Presidentes. Un colega en la escuela, así como algunos estudiantes me habían comentado sobre su tamaño y la variedad de artículos que ahí se venden cada sábado. Hubiera querido ir más temprano, pero me levanté tarde ese día. Ya a eso de las diez y media de la mañana me puse en camino. Me habían sugerido estacionar mi auto cerca del lugar y luego tomar un taxi, no porque el lugar sea inseguro, sino por lo complicado que es estacionarse en la cercanía; tal como lo comprobé al llegar en taxi. El tianguis se coloca en una especie de explanada de piso de tierra, frente al edificio de un pequeño mercado permanente. Encontré muchos puestos de cosas usadas: herramienta, ropa, calzado, artículos electrodomésticos, juguetes y todo tipo de artículos del hogar. No iba buscando algo en particular, sino conocer el lugar. Encontré en un puesto varias raquetas de tenis usadas y compré una de grafito y kevlar por sólo cincuenta pesos. Ahora que Ana Violeta está tomando clases de ese deporte pensé en tener una raqueta, para de vez en cuando practicar o jugar con ella. Mi vieja raqueta de madera, seguro me la confisca el Instituto Nacional de Antropología e Historia, si me atrevo a jugar con ella. Había varios puestos con grandes montones de ropa usada y muchas personas revisando las prendas. En la parte posterior del tianguis había también puestos de comida. Terminé mi recorrido en unos cuarenta minutos y antes de irme, entré a conocer el mercado permanente. Había puestos de fruta, verdura, abarrotes y muchos que ofrecían alimentos. Aquí en Querétaro es muy común en los mercados encontrar lugares que tienes diez o quince cazuelitas con guisados y con ellos preparan los tacos que se venden: pollo, nopales, moronga, verdolagas, huevo, calabacitas, chicharrón, picadillo, rajas, tortitas de carne deshebrada, chiles rellenos y otros más. Pero en un puesto con una gran concurrencia vi que servían tacos de algo intrigante y que no alcanzaba a identificar. De un gran cazo como de carnitas sacaban algo que parecía panza, lo picaban y con eso hacían tacos. Más por curiosidad que por hambre, pedí dos con una seña y de inmediato los prepararon con doble tortilla. Los ingredientes eran variados, pero sin duda alguna, todos vísceras de res; algo de panza, hígado, y algunas otros órganos que escaparon la identificación. Me llamó la atención que los trozos de panza que vi eran blancos en su exterior y negros en su interior (o viceversa). También me sorprendió el sabor tan moderado que tenía, pues por lo regular mucha gente rechaza comer vísceras por su fuerte gusto. Su sabor y apariencia no era de algo muy grasoso, a pesar de que seguramente se fríen en sebo o grasa de res, quizá no lo suficiente como para hacerlos crocantes. Pregunté por el nombre de este tipo de tacos y me contestaron que eran de chicharrón de res. El chicharrón de cerdo es la piel del mismo animal frita, pero está también el llamado chicharrón prensado que son los restos o residuos que quedan de la preparación de la carne del cerdo. Me imagino que en este caso también se le da el término de chicharrón por ser un subproducto de la res frito. Los tacos sabían bien, pero esperaba algo con un sabor más definido o característico. Otro sábado volveré al lugar para probar algunas cosas más que vi durante la breve visita.
4 comentarios:
mi estimado, saludos desde la huasteca potosina, navegando por la red decidi buscar imagenes de chicharron de res para una dinamica que se hara con adultos mayores y udted tiene esa imagen que creame es la que buscaba, aca por mi municipio Matlapa se prepara ese antojito y aunque no me gustaba por fin me anime a probarlas; claro como un amigo me dijo: para comprar chicharron de res tienes que saberlo escoger, siempre pide orejita, ubre, tripa, y a veces sale uno que otro de carnita.
En gustos se rompen generos y a mi me agrado ese sabor, claro cuando estan recien hechas ya que cuando estan tibias ya no saben (para mi gusto) ricas, solo que me las tienes que escoger el señor que maneja la paila ya que aun no se diferenciarlas como se debe.
Me gusto su anecdota y espero que no se moleste que tome prestada su foto de los chicharrones, saludos desde Matlapa San Luis Potosi
Que bueno que le sirvan las fotos o el texto del blog. En la entrada El buen vecino, sobre Huichapan hay otra foto de un taco de chicharrón de res.
Los tacos de pansa de res verde son únicos
Hola saludos desde seattle wa. US pues buscando fotos y receta para mostrarle ami esposo ya que el es de michoacan y nunca lo a provado ni savia que existian pero solo eh logrado encontrar fotos y por el momento nosotros no podemos viajar espero que algun dia pueda compartirnos su receta para poder comerlos una vez mas ya que ase 21 años no eh podido volverlos a comer aqui es dificil encontrar comidas como las de mexico ���� saludos ��
Publicar un comentario