domingo, 23 de agosto de 2009

Que lindo es Michoacán.
















Rico pasado y tradición.
El pasado mes de julio visité una vez más el hermoso e interesante estado de Michoacán, vecino y hermano de Querétaro. Mis hijas estuvieron una semana de campamento en aquellas tierras y como tenía que ir por ellas, partí acompañado de mi esposa un par de días antes para aprovechar el viaje. Ya habíamos visitado la región un par de veces, pero su belleza y múltiples atractivos obligan al retorno. El objetivo de nuestro viaje fue volver a disfrutar de Pátzcuaro; su arquitectura, gastronomía, artesanías, rico pasado, gente, mercado y atractivos periféricos son demasiado para una sola visita. Nos alojamos en un hermoso hotel justo frente a la plaza Vasco de Quiroga, nuestra habitación tenía un balcón hacia la bella plaza. El precio fue muy bueno, con derecho a desayuno y un descuento del 10% en el restaurante argentino del hotel. Pudimos visitar la Biblioteca Pública Federal “Gertrudis Bocanegra”, que ocupa el templo del antiguo convento de los agustinos, justo frente a la plaza del mismo nombre. Esta hermosa biblioteca de techo de madera fue creada durante la presidencia de Lázaro Cárdenas (1936-1940) y tiene en su ábside un magnífico y colorido mural de Juan O’Gorman, en donde se ilustra en detallado dibujo la historia de Michoacán, desde el pasado prehispánico, la conquista y conversión de los indígenas purépechas, hasta el movimiento de independencia en la región. A unos pasos de la biblioteca está el mercado, lleno de vida y con una inmensidad de productos regionales, inusuales en los supermercados de las grandes ciudades. Sus puestos de fruta ofrecen variedad y calidad a un precio muy bueno. El colorido y riqueza del mercado aumenta el día domingo pues duplica casi su tamaño y se ofrecen más productos. Michoacán es uno de los estados de la república con mayor variedad y originalidad artesanal, tienen textiles, cerámica, cobre, cestería, muebles, instrumentos musicales y gran variedad de otros objetos de madera. Compramos algunas artesanías, pero la mejor compra fue, por poco menos de mil pesos, un par de sólidos y bellos bancos de madera de parota, para poder sentarnos a comer en la barra de la cocina, además de embellecer nuestro hogar. Caminamos por las coloniales calles y plazas de Pátzcuaro, vimos las innumerables artesanías en sus tiendas y disfrutamos también las famosas nieves en los portales de la plaza Vasco de Quiroga, de sabores tan inusuales como higo o chongos zamoranos.

1 comentario:

Anabella dijo...

Michoacán, tal como lo mencionas, es un lugar maravilloso. Que más puedo decir yo siendo orgullosa michoacana, pero realmente cada vez que conozco un nuevo lugar o visito alguno de los lugares que tu visitaste y ya conozco es impresionante como siempre descubro algo que llama mi atención. Creo que es un estado que ofrece una gran variedad de atractivos ya que cada lugar tiene su propio enfoque. Espero que también hayas tenido la oportunidad de visitar la capital: Morelia, pues al igual que todos estos pueblos cuenta con grandes atractivos que aún para mí siguen resultando fascinantes. El verano pasado tuve la oportunidad de recorrer un poco como "turista" esta ciudad y realmente quede impresionada con la historia y con los edificios de esta ciudad (una vez más). Solo me queda agregar que en caso de que no hayas visitado la capital, sería muy bueno que en otro viaje vuelvas a vivir esta experiencia , pues realmente merece la pena.