Trattoria muy mexicana.
Luego de más de un año de que mi esposa me platicara sobre un lugar de buenos almuerzos, finalmente lo visité hace un par de semanas. Digo almuerzos porque este término describe un alimento matutino por mucho mayor a un simple desayuno. El restaurante se encuentra en la calle Zapata en la colonia Casa Blanca, la calle es cerrada pues topa con la parte posterior de un mercado público. El nombre del lugar es Trattoria della Piccola Giovanna, restaurante de Juanita y es una gran casa con la planta baja adaptada para servir comida. Tiene una cocina tipo doméstico, agrandada un poco. Hay muy pocas mesas pequeñas para cuatro o seis comensales y varias mesas muy largas con capacidad para 15 ó 20 personas y ahí se sientan compartiéndolas los grupos que llegan. El menú incluye platos principales, postres y bebidas, todos de buen tamaño, alcanzando el calificativo de abundante. Se necesita un muy buen apetito para visitar este lugar. Los platillos son clásicos de la comida mexicana, picantes y acompañados por grandes tortillas hechas a mano, queso fresco y nopales.
La Trattoria tiene ya tres décadas de existencia y funciona sólo por las mañanas. Por sus platillos, mesas compartidas y sazón me recordó a la legendaria fonda La Margarita en Tlacoquemecatl, ciudad de México. En ambas empiezan a cocinar a eso de las tres de la mañana, preparan sendas cazuelas con varios guisos y permanecen abiertos hasta que vacían las grandes ollas. El servicio es bueno, el lugar sencillo pero agradable; su principal atractivo es sin duda su cocina, la cual no hace necesario un ambiente moderno o sofisticado. Este es el tipo de lugares que siempre se complace uno en encontrar, verdadera comida mexicana, económica y abundante.
Luego de más de un año de que mi esposa me platicara sobre un lugar de buenos almuerzos, finalmente lo visité hace un par de semanas. Digo almuerzos porque este término describe un alimento matutino por mucho mayor a un simple desayuno. El restaurante se encuentra en la calle Zapata en la colonia Casa Blanca, la calle es cerrada pues topa con la parte posterior de un mercado público. El nombre del lugar es Trattoria della Piccola Giovanna, restaurante de Juanita y es una gran casa con la planta baja adaptada para servir comida. Tiene una cocina tipo doméstico, agrandada un poco. Hay muy pocas mesas pequeñas para cuatro o seis comensales y varias mesas muy largas con capacidad para 15 ó 20 personas y ahí se sientan compartiéndolas los grupos que llegan. El menú incluye platos principales, postres y bebidas, todos de buen tamaño, alcanzando el calificativo de abundante. Se necesita un muy buen apetito para visitar este lugar. Los platillos son clásicos de la comida mexicana, picantes y acompañados por grandes tortillas hechas a mano, queso fresco y nopales.
La Trattoria tiene ya tres décadas de existencia y funciona sólo por las mañanas. Por sus platillos, mesas compartidas y sazón me recordó a la legendaria fonda La Margarita en Tlacoquemecatl, ciudad de México. En ambas empiezan a cocinar a eso de las tres de la mañana, preparan sendas cazuelas con varios guisos y permanecen abiertos hasta que vacían las grandes ollas. El servicio es bueno, el lugar sencillo pero agradable; su principal atractivo es sin duda su cocina, la cual no hace necesario un ambiente moderno o sofisticado. Este es el tipo de lugares que siempre se complace uno en encontrar, verdadera comida mexicana, económica y abundante.
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