Comunidades indígenas.
Uno de los eventos culturales más importantes y atractivos en Querétaro es el Encuentro de las culturas populares y pueblos indígenas; del 2 al 17 del pasado mes de octubre se realizó la novena edición. El encuentro no sólo se extiende por dos semanas, tiene decenas de eventos; exposiciones artísticas, muestras gastronómicas, muestra artesanales, conferencias, mesas redondas, presentación de publicaciones y videos, talleres de artesanías y muestras de rock indígena en su propia lengua, coros, danza y teatro. Todas estas actividades se verifican en los múltiples espacios del centro histórico de la ciudad.
Son tantos los eventos que difícilmente se podría asistir siquiera a una quinta parte de ellos, pero esa es una de sus principales características, ofrece atractivos para todos. Obviamente mis eventos favoritos son aquellos que involucran alimentos, sobre todo la muestra de comida de los grupos indígenas queretanos. El Jardín Guerrero fue la sede el año pasado, en largas mesas se exhibían y vendían muy variados y exquisitos platillos. Había gelatinas de tuna, tlacuache en mole verde, mole de tortuga, pulque, tostadas de arriero, conejo en mole rojo, tamales, frijoles, tortillas decoradas, chilacayotes, tortitas de camarón en mole, conejo en mole, atole blanco y muchos otros platillos que ya no recuerdo. Los indígenas de las comunidades queretanas preparan, ofrecen y sirven toda esta variedad de alimentos de forma muy amable y siempre dispuestos a contestar las preguntas que se les formulan. Las tortillas se hacen ahí mismo, a mano y puede uno taquear con los platillos que se ofrecen. Un gran estómago es necesario, el truco es no comer con rapidez, conversar un poco con las personas de cada mesa y así en una o dos horas alcanzar a probar lo más posible.
El último fin de semana del encuentro hubo también en la plaza frente al templo de Santa Rosa Viterbo una muestra de productos oaxaqueños. Vendían textiles, cerámica, chocolate, mezcal, mole, chapulines, queso y pan. Había también un par de puestos que ofrecían alimentos oaxaqueños preparados. En uno vendían con gran éxito sendas tlayudas, con quesillo, chorizo o tasajo. En el otro había agua de chilacayote, empanadas, tostadas, quesadillas, molotes, tamales de mole negro, amarillo o verde. Era como estar en el cielo o en el mercado 20 de noviembre en Oaxaca. Espero con avidez el siguiente encuentro en septiembre u octubre.
3 comentarios:
Viejito ¡me encantó esta crónica! Realmente suena muy exótico e invitante el menú que describes. Pero, ¿cómo es el mole de tortuga? Eso sí que me impresionó.
Ojalá algún día tengamos la oportunidad de visitar este encuentro cultural y de paso, darnos un buen atracón.
¡Saludos!
Esta hermoso su blog!!!
Me ha encantado
Gracias Piedredecielo, y será mejor si visitas los lugares reseñados.
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