Grato lugar.
Uno de los múltiples espacios
públicos en Querétaro es la Plaza de los Fundadores, se encuentra cruzando la
calle, frente al convento de la Cruz.
Fue el año de 1980 cuando se inició la habilitación de este espacio,
para que mantuviera la vieja fuente pública que existió ahí desde 1737 y se
honrara con sendas esculturas a algunos de los personajes importantes en la
fundación de la ciudad. Desde 1902 y hasta 1979 existió ahí el original Mercado
de La Cruz, que llevaba por nombre oficial, Josefa Ortiz de Domínguez, pero
todos se referían al mismo por el nombre del convento vecino. Fue al año siguiente
de que el mercado se trasladara unas
cuadras al norte, cerca del río, que se abrió la plaza de nuevo con su
centenaria fuente. Hace unos años el gobierno municipal también estableció este
espacio para que indígenas de origen otomí pudieran vender la cerámica y los textiles que elaboran.
En la margen poniente de la plaza
hay varios comercios que ofrecen alimentos o golosinas a los visitantes.
Algunos de estos establecimientos cuentan con mesas y sillas para pasar ahí
un agradable y placentero momento en la
sombra vespertina. Ahí
se encuentra La vieja Varsovia, una
cafetería más que restaurante, que tiene como principal característica la
elaboración de pan artesanal, pero que prepara y sirve otros productos. La
plaza es tranquila, con mucho que ver y comentar mientra se degusta un plato de
quesos o una pizza a la leña. Hace algunas semanas estuve ahí con una
de mis hijas y esposa pudimos comer hasta saciarnos con su magnífica comida por
120 pesos, incluso nos llevamos a casa la hogaza de pan que compramos para
acompañar los quesos. La carta es pequeña, pero bien seleccionada y el tipo de
alimentos es diferente a lo que se ofrece en otros establecimientos de la zona.
La vieja Varsovia es otro de los
hermosos y placenteros rincones queretanos.
1 comentario:
Uy, ya se me antojó ir. Muy interesante la historia del mercado y el convento!
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