Templos únicos.
México es un lugar donde abundan los templos católicos, en todo pueblo o ciudad siempre hay muchas más construcciones de las que se podrías esperar para el tamaño de la población en la época colonial, que fue el tiempo en la que se levantaron la mayoría de este tipo de construcciones. En antiguas ciudades como México, Morelia, Puebla, Oaxaca o Querétaro hay un gran templo católico o dos en cada cuadra del centro, a veces uno justo frente al otro. Por muchos años, tras la época colonial, fue necesario construir pocas iglesias más, pero en el siglo XX el gran crecimiento de la población y su establecimiento en lugares alejados del centro de las viejas ciudades, hizo que se reiniciara la construcción de nuevos templos, ya casi nunca con la majestuosidad de las antiguos. Por lo regular fueron pequeñas Iglesias ya sin el par de torres con campanas en la fachada o la gran cúpula en el crucero. La piedra dejó de ser el material de construcción y tampoco fueron de 10 ó 15 metros de altura. Los nuevos templos se construyeron con estructuras de hierro, ladrillos, cemento y por lo regular se hicieron poco a poco, a lo largo de un periodo de 15 o 25 años, muchas veces se pusieron en uso sin haberse completado. Los pulpitos, la planta de cruz latina, las capillas anexas, los grandes altares de madera, los atrios en el frente o los conventos a su costado desaparecieron. Pero ante todo las nuevos templos católicos son más modestos carecen, por lo regular de las grandes pinturas, los ornamentados altares, los materiales de construcción caros y complejos.
México es un lugar donde abundan los templos católicos, en todo pueblo o ciudad siempre hay muchas más construcciones de las que se podrías esperar para el tamaño de la población en la época colonial, que fue el tiempo en la que se levantaron la mayoría de este tipo de construcciones. En antiguas ciudades como México, Morelia, Puebla, Oaxaca o Querétaro hay un gran templo católico o dos en cada cuadra del centro, a veces uno justo frente al otro. Por muchos años, tras la época colonial, fue necesario construir pocas iglesias más, pero en el siglo XX el gran crecimiento de la población y su establecimiento en lugares alejados del centro de las viejas ciudades, hizo que se reiniciara la construcción de nuevos templos, ya casi nunca con la majestuosidad de las antiguos. Por lo regular fueron pequeñas Iglesias ya sin el par de torres con campanas en la fachada o la gran cúpula en el crucero. La piedra dejó de ser el material de construcción y tampoco fueron de 10 ó 15 metros de altura. Los nuevos templos se construyeron con estructuras de hierro, ladrillos, cemento y por lo regular se hicieron poco a poco, a lo largo de un periodo de 15 o 25 años, muchas veces se pusieron en uso sin haberse completado. Los pulpitos, la planta de cruz latina, las capillas anexas, los grandes altares de madera, los atrios en el frente o los conventos a su costado desaparecieron. Pero ante todo las nuevos templos católicos son más modestos carecen, por lo regular de las grandes pinturas, los ornamentados altares, los materiales de construcción caros y complejos.
Es por todo lo dicho, que resultó una gran sorpresa ver dos pequeñas iglesias construidas a todo lujo y al parecer en muy poco tiempo en pequeñas comunidades queretanas. Mi estimado colega Jesús Ramírez me había hablado de ellas y en un fin de semana fui a conocerlas. La primera de ellas se encuentra en la rivera de la presa de San Pedro en el municipio de Huimilpan, la segunda está muy cerca, en la todavía más pequeña comunidad de Laguna de Servín, municipio de Amealco. Ambos templos son de un estilo ecléctico o bien se podría decir que su estilo es definitivamente derrochador. Abundancia de costosos elementos decorativos, hoja de oro, vitrales, ebanistería, mármoles, escayolería, escultura en piedra, mosaicos y hermosas bóvedas en tabique aparente. El templo de San pedro es casi una pequeña capilla, pero lo que le falta en tamaño lo compensa con ornamentación, el de Laguna de Servín tiene el típico par de torres, pero no están al frente, sino en la parte trasera. Ambas construcciones están llenas de sorpresas, más allá su riqueza ornamental, rompen con aquello que se acostumbra ver en la mayoría de las iglesias de nuestro país. Pudiera uno imaginarse templos así en el Vaticano o en una colonia de millonarios, pero nunca en comunidades rurales queretanas de menos de mil quinientos habitantes. Ambos lugares está a menos de una hora de la ciudad de Querétaro y a unos 20 kilómetros de distancia uno del otro. El área es un hermoso y escondido rincón del estado, sobre todo en época de lluvias. No dejes de conocer estos particulares templos.
1 comentario:
Hola, maestro Edgardo, quizá no me recuerde. Fui alumno suyo del tec un par de semestres en el Bachillerato Internacional como en el 2006 recién había usted llegado a Querétaro. Me llamo Samuel Lagunas, fue cuando comenzó a ir a las luchas también y a veces platicábamos al respecto. No terminé el programa porque me cambié de prepa. Buscando alguna información sobre taquerías me encontré su blog y me dio mucho gusto recordarlo. Estudié Letras en la UNAM y ya volví para aca. Espero se encuentre bien y ojalá algún dia pueda encontrarlo. Le dejo mi mail: samlag_89@hotmail.com. Un saludo
Publicar un comentario