La antigua estación del tren de Querétaro no sólo es una muy
hermosa construcción llena de historia, ahora es un espacio para actividades culturales (véase ¡Vaaamonooos!, noviembre 2008).
Además de los cursos de ajedrez, baile o guitarra, conferencias, obras de teatro
a lo largo de la semana, los sábados por la tarde, el lugar se llena de energía,
talento y gran gozo. De las cinco a las ocho de la tarde el largo andén donde antes los viajeros se despedían de su
familia, es ahora un espacio en el que florece el arte, donde se hace derroche
de estilo, elegancia y ritmo. Decenas de personas bailan a diversa música; el elegante
danzón el rítmico mambo o el sofisticado tango. Salta a la vista la gran
afición y años de experiencia de todos los que bailan, pero también aquellos
que no bailamos podemos disfrutar al escuchar la música y ver la maestría de
aquellos que bailan. El baile ha
acompañado al hombre por miles de años, en todos los grupos humanos del mundo
se baila, tuvo un destacado papel ritual y hoy en día se practica para conocer
personas y ante todo disfrutarlo. Saber bailar no sólo es una manifestación
artística, también una habilidad social. El baile sabatino en la estación del
tren no es una función preparada o ensayada para disfrute de un público, se
baila por placer, es también un espectáculo, pero lleno de espontaneidad, diversidad
y gozo. Si bailas o no, no pierdas la
oportunidad de ver esta manifestación artística tan especial.
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