Fortaleza
del sabor.
En el extremo noroeste del continente africano
se encuentra Marruecos, en la región conocida como el Magreb (occidente)
precisamente. En México poca relación o información tenemos con este país a
pesar de que fue importante colonia española por un tiempo y luego
francesa. Su nombre nos sugiere una
cultura exótica, desierto, caravanas, camellos comercio de especias, hermosos
artículos de metal o de cuero (el termino marroquinería se da a bolsas o
carteras elaboradas en cuero). Pensamos también en ricos mercados o zocos,
llenos de personas, gran actividad y constante regateo. Este país va asociado a
un nombre que todo cinéfilo reconoce como importante, pero quizá sin precisar
su localización: Casablanca. El nombre
de este puerto marroquí es el título de una de las películas más famosas de
tiempos de la Segunda Guerra Mundial (1942) y que inmortalizó la sublime
belleza de Ingrid Bergman, la peculiar masculinidad de Humphrey Bogart, la
canción As times goes by y el escenario de este tormentoso amor, el
bar Rick’s.
"Here's looking at you kid" |
Pues ahora en Querétaro tenemos la oportunidad
de acercarnos un poco a esta tierra que pareciera remota y tan extraña, pero a
la vez tan atractiva. En la calle de Independencia número 131, justo a un
costado del atrio del templo de la Cruz se encuentra el restaurante Marroquí Kasbah (Moroccan Food). En una vieja
casa queretana se ha ambientado un lugar marroquí. Kasbah significa fortaleza o ciudadela, pues en tiempos antiguos de
activo comercio en caravanas de camellos por el desierto del norte de África
las fortificaciones identificaron la arquitectura de esa región. Recuerden las
películas de desiertos y legionarios en edificios como estos (Beau Geste). A finales del siglo VII el
Islam llegó a Marruecos y agregó a la arquitectura de la región, celosías,
arabescos, jardines interiores, fuentes y cúpulas. Más que una fortaleza, Kasbah nos recuerda un palacio musulmán,
con un pequeño patio interior, una fuente, celosías, tapetes, diseños geométricos
o arabescos, mucha tranquilidad, gusto por la vida y belleza.
La comida de Marruecos comparte muchos
platillos e ingredientes con las cocinas del norte del África o Medio Oriente,
es pues lo que comúnmente llamamos en México comida árabe. El menú es amplio,
sutilmente condimentado y ofrece brochetas, tagines, kebabs, falafel, shawarma, cuscús,
ensaladas, postres y mucho más. Desde temprano hay desayunos, se sirven comidas
y por las noches es bar; se ofrece un espectáculo de danza árabe e incluso
puede uno disfrutar de estas pipas árabes, narguile o shisha. Me gusta que se
ofrezcan platillos que combinan varios alimentos, para que dos o tres personas
puedan compartir y probar muchos platos que tomarían tres, cuatro o más visitas
si uno ordenara platillos individuales. Yo lo visité a mediodía pues no soy
noctámbulo, pero me imagino que ya de noche el lugar es más misterioso y
atractivo. Tan solo espero que en el transcurso de la noche a veces se escuche
suavemente As time goes by para
disfrutar el dolor producido por aquella, la que se fue.
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