martes, 14 de noviembre de 2017

Marruecos en Querétaro.



Fortaleza del sabor.
En el extremo noroeste del continente africano se encuentra Marruecos, en la región conocida como el Magreb (occidente) precisamente. En México poca relación o información tenemos con este país a pesar de que fue importante colonia española por un tiempo y luego francesa.  Su nombre nos sugiere una cultura exótica, desierto, caravanas, camellos comercio de especias, hermosos artículos de metal o de cuero (el termino marroquinería se da a bolsas o carteras elaboradas en cuero). Pensamos también en ricos mercados o zocos, llenos de personas, gran actividad y constante regateo. Este país va asociado a un nombre que todo cinéfilo reconoce como importante, pero quizá sin precisar su localización: Casablanca. El nombre de este puerto marroquí es el título de una de las películas más famosas de tiempos de la Segunda Guerra Mundial (1942) y que inmortalizó la sublime belleza de Ingrid Bergman, la peculiar masculinidad de Humphrey Bogart, la canción As times goes by y el escenario de este tormentoso amor, el bar Rick’s.  


"Here's looking at you kid"


Pues ahora en Querétaro tenemos la oportunidad de acercarnos un poco a esta tierra que pareciera remota y tan extraña, pero a la vez tan atractiva. En la calle de Independencia número 131, justo a un costado del atrio del templo de la Cruz se encuentra el restaurante Marroquí Kasbah (Moroccan Food). En una vieja casa queretana se ha ambientado un lugar marroquí. Kasbah significa fortaleza o ciudadela, pues en tiempos antiguos de activo comercio en caravanas de camellos por el desierto del norte de África las fortificaciones identificaron la arquitectura de esa región. Recuerden las películas de desiertos y legionarios en edificios como estos (Beau Geste). A finales del siglo VII el Islam llegó a Marruecos y agregó a la arquitectura de la región, celosías, arabescos, jardines interiores, fuentes y cúpulas. Más que una fortaleza, Kasbah nos recuerda un palacio musulmán, con un pequeño patio interior, una fuente, celosías, tapetes, diseños geométricos o arabescos, mucha tranquilidad, gusto por la vida y belleza.





La comida de Marruecos comparte muchos platillos e ingredientes con las cocinas del norte del África o Medio Oriente, es pues lo que comúnmente llamamos en México comida árabe. El menú es amplio, sutilmente condimentado y ofrece brochetas, tagines, kebabs, falafel, shawarma, cuscús, ensaladas, postres y mucho más. Desde temprano hay desayunos, se sirven comidas y por las noches es bar; se ofrece un espectáculo de danza árabe e incluso puede uno disfrutar de estas pipas árabes, narguile o shisha. Me gusta que se ofrezcan platillos que combinan varios alimentos, para que dos o tres personas puedan compartir y probar muchos platos que tomarían tres, cuatro o más visitas si uno ordenara platillos individuales. Yo lo visité a mediodía pues no soy noctámbulo, pero me imagino que ya de noche el lugar es más misterioso y atractivo. Tan solo espero que en el transcurso de la noche a veces se escuche suavemente As time goes by para disfrutar el dolor producido por aquella, la que se fue.






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