El Museo
del pulque.
Hace apenas unos meses abrió en la ciudad de
México el Museo del pulque y de las
pulquerías. Por un lado es muy bueno que se rescate y promueva la cultura
del pulque, pero si esto ya es necesario significa una gran disminución del
consumo de esta bebida. No defiendo al
pulque como bebida alcohólica, sino como parte importante de la cultura mexicana
desde tiempos prehispánicos (véase La
auténtica bebida nacional, junio 2009).
No sólo los habitantes de este territorio han bebido pulque por miles de
años, también la bebida está relacionada con muchas otras características de
nuestra cultura. Todavía en mi infancia alcancé a ver pulquerías en
mi barrio o por decenas en otras partes de la ciudad, asistí a bodas en donde la
bebida principal era pulque y lo recuerdo como ingrediente en muchos alimentos
y de presencia constante. Hace como 20 años había en el Museo vivo de artes y tradiciones populares
de Tlaxcala una pequeña parte dedicada al pulque, apenas unas cuantas
herramientas y dibujos, pero los presentaba y explicaba un señor que tenía toda
una vida de haberse dedicado al pulque (a su producción, no sólo a beberlo) y
lo hacía de una manera muy sencilla y ante todo amena. Nada había qué le
preguntaras y no supiera, desde la planta del maguey, el proceso de convertir
el aguamiel en pulque, luego la distribución y consumo. El espacio era reducido, pero la información
completa y verídica; ahí estaba toda disponible para todo aquel que tuviera
interés y preguntara. Bueno pues el nuevo museo tiene también buena y muy
interesante información. Desde su consumo e importancia ritual en la época prehispánica,
su relevancia en la recolección de impuestos durante el virreinato y su amplio
consumo por en la mayor parte del México independiente. El pulque ha estado
presente y en un papel importante a lo largo de nuestra historia y de ahí la
gravedad de que llegara a desaparecer de nuestra cultura.
El Museo del pulque y
de las pulquerías fue
creado por la Asociación Nacional de
pulquerías tradicionales A.C. que integra a los dueños de pulquerías y que
buscan de alguna manera evitar que pulque y pulquerías desaparezcan de nuestras
costumbres y ciudades. El recinto es parte del antiguo ex convento de San
Hipólito (Estación del Metro Hidalgo), cuyo templo fue erigido por Hernán
Cortés para recordar y honrar a los combatientes de la conquista de Tenochtitlán,
justo en la zona donde se peleó en la llamada Noche Triste. El templo también es conocido como la Iglesia
de San Judas Tadeo pues justo ahí se honra a este santo tan popular entre los
mexicanos por ser el patrono de las causas perdidas (o imposibles). El museo es céntrico,
hermoso y además en muy apropiado lugar, pues bueno sería que San Judas intercediera e
hiciera el milagro de evitar la desaparición del pulque y pulquerías.
Templo de San Hipólito, a su izquierda el museo. |
El museo tiene una muy interesante línea del
tiempo que refiere momentos importantes en la historia del pulque en nuestro
país y que va desde los primeros instrumentos encontrados para raspar el maguey
y que datan del Horizonte Preclásico de la época prehispánica, hasta la
creación de este museo en 2019. Se presentan también objetos y fotografías
relacionados con la bebida, así como información sobre el maguey, pulque,
producción y consumo.
En la planta baja del museo acertadamente hay
una pulquería, pues la experiencia sería incompleta si después de aprender
tanto de esta histórica bebida no se tuviera la oportunidad de probarla. El
lugar es amplio y prepara pulques con sabor o curados. El día que visité la
pulquería los sabores eran piñón, guanábana, vino tinto, guayaba, avena, coco,
mango, maracuyá, mamey y cereza; una magnífica variedad. El lugar es amplio,
limpio, lleno de luz y está decorado con un mural del exterior de una pulquería
tradicional al estilo y en homenaje a Gabriel Vargas el legendario creador del
comic de la cultura popular capitalina por excelencia: La Familia Burrón. Si nunca
has probado el pulque o quieres conocer más de lo que fue y sigue siendo
nuestra cultura visita este lugar.
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