Ornamentación
navideña.
En el extremo oriental de Michoacán se
encuentra la hermosa y pequeña población de Tlalpujahua, el asentamiento existe
desde el siglo XVI y está en una montañosa región de riqueza mineral, sus
comunidades vecinas Angangueo y El Oro fueron también pueblos mineros. Aunque
se explotaban plata y oro en Tlalpujahua desde la época colonial, su bonanza minera
vino hasta los años finales del siglo XIX y alcanzó cuatro décadas. Hoy en día
la pequeña población conserva algunas muestras de su efímera riqueza en su
hermosa arquitectura. Sus angostas y empinadas calles le dan también particular
belleza. Pero el cierre de su famosa mina de las Dos Estrellas no la convirtió
en pueblo fantasma como muchos otros asentamientos mineros por todo el país.
Desde hace casi 50 años Tlalpujahua ha
florecido como otro centro artesanal michoacano, pues la antigua tierra de los
purépechas es sin duda un tesoro cultural mexicano por la variedad, cantidad y
belleza de sus artesanías: alfarería, talabartería, textiles, madera, metales,
cestería, instrumentos musicales, objetos laqueados… Pero el objeto artesanal más producido en Tlalpujahua
es básicamente de vidrio; las esferas para ornamentación navideña. Al parecer
desde los años sesenta del siglo pasado abrió ahí una pequeña fábrica de
esferas, con tanto éxito que el tamaño de la empresa aumentó y con los años
surgieron más de un centenar de otros talleres dedicados a estos frágiles
adornos navideños. Cada mes de noviembre y diciembre se ha celebrado ya por 20
años la Feria de la Esfera y miles de personas visitan el lugar. Los mayoristas
que revenden estos delicados objetos se surten de menos un par de meses antes.
No sólo
se encuentran en Tlalpujahua una variedad inimaginable de esferas, venden ya
todo tipo de adornos navideños y ornamentación no navideña de vidrio. Se pueden
también visitar talleres y ver el proceso de elaboración, también hay hermosas
y originales tiendas con tema navideño. Visité la población a fines de noviembre a
unas tres semanas de la nochebuena y me asombró la belleza de sus esferas y
demás decoración, pero definitivamente creo que debo visitar Tlalpujahua en
otra época del año, pues estoy seguro que sin tanta decoración navideña y
visitantes la población es tranquila y muy hermosa. En poco más de dos horas
llegué ahí desde la ciudad de Querétaro y además el paisaje del camino es
también muy hermoso. Una carretera que te lleva casi directamente a Tlalpujahua
parte adelante de Amealco, ya casi para llegar a Coroneo, se pasa por Epitacio
Huerta y Contepec. Muy cerca de Tlalpujahua hay otros atractivos lugares como
Tepetongo, El Oro, Angangueo y el Santuario de la Mariposa Monarca.
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