Portales.
Los mercados son uno de los
lugares que más disfruto visitar, me gusta ver la diversidad de objetos que
venden, trato también de probar los alimentos que ofrecen; disfruto por igual
cada visita, no sólo la primera. Además del Centro Histórico, uno de mis
lugares favoritos en la ciudad de México es el mercado de Portales. Lo he
visitado muchas veces, lo mismo por el mero placer de hacerlo, que para comprar
algo que necesito. El barrio es popular y ahí vivieron mis padres y mi hermano,
algunos meses antes de mi nacimiento. Su mercado como muchos otros en el país,
es más que un gran espacio techado con puestos diversos, es toda una zona
comercial que se extiende por varias calles. Portales es uno de los mercados
más grandes en la ciudad, venden ropa, todo tipo de utensilios domésticos,
cosméticos, frutas, verduras, abarrotes, artículos y comida para mascotas,
carne, condimentos, pescados y mariscos, flores, dulces y ornamentación. Estuve
ahí precisamente para comprar un mole especial que venden molido con camarón
para preparar romeritos. Pero además de todo, esto es más conocido por los
puestos de comida; hay lugares que ofrecen, mariscos, barbacoa, carnitas, fruta
preparada, comidas corridas, ingredientes para tostadas, pasteles y postres. He
probado apenas medio de su gigantesco cocktail de mariscos Vuelve a la Vida, me sigo preguntando si existe el ser humano que
se acabe uno completo. Hay también un par de puestos que venden todos los
ingredientes de la comida oaxaqueña, quesillo, tasajo, chocolate, chapulines,
carne enchilada, chiles de agua, pescado seco, mezcal, chorizo, tlayudas o pan.
Portales es también conocido y muy visitado porque en el área hay muchos
comercios que ofrecen materiales eléctricos, de plomería y todo tipo de
herramientas. Muchos fines de semana lo visité para buscar lo necesario para
hacer instalaciones o reparaciones en mi hogar; tubos, llaves, cable, empaques,
fusibles, contactos, sockets, cinceles. Me gusta también recorrerlo los
domingos, porque en una de sus calles hay muchos puestos que venden objetos
usados. Decenas de hombres recorren a diario las calles empujando pequeños
carros de dos ruedas, los habitantes de la ciudad saben muy bien que a ellos
pueden venderles todos los objetos o artículos para los cuales ya no tiene un
uso, son viejos u obsoletos. Todo eso que recolectan durante la semana, lo
ofrecen los domingos en Portales. Aparatos eléctricos y electrónicos, libros,
ropa, muebles, ornamentación, herramientas, calzado y muchas cosas más. Ahí he
encontrado música y magníficos libros a muy buen precio y aunque no compro otro
tipo de objetos, de todas maneras disfruto ver todo lo que se ofrece y
preguntar los precios. Me produce una sensación especial el ver que muchos de
los objetos de mi infancia y juventud son ahora consideradas antigüedades y que
mis hijas o los jóvenes desconocen su existencia o funcionamiento. El mercado
de Portales tiene muchos atractivos y una larga visita es algo entretenido,
deliciosa y casi siempre de gran utilidad.
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