Dulce Querétaro
Mucho del México retratado en este blog va en camino de desaparecer, la globalización cual cáncer destruye la cultura popular de muchos países y regiones; crece inexorablemente por todo el mundo una sola cultura estandarizada y que cada día hace a los habitantes de nuestro planeta más parecidos entre sí. Más allá de las costumbres y tradiciones, también se estandariza la forma de comer y consumir. Los productos son elaborados, envueltos, presentados, rotulados y comercializados de forma muy parecida; aquellos sin procesar o sin marca son cada día menos. Me pregunto si en un siglo la humanidad tendrá apenas unos treinta o cuarenta artículos alimenticios para consumir en todo el mundo. Si es así, aprovechemos la oportunidad que todavía tenemos, gocemos la diversidad. En México aún es posible sobrevivir lejos de los supermercados de grandes cadenas y sus alimentos procesados. En los mercados o tianguis podemos encontrar frutas, verduras y alimentos en general que no han sido estandarizadas por una marca. Deberíamos consumir productos que son elaborados por pequeñas compañías locales o nacionales, tratar de evitar aquellos de las grandes transnacionales que poco a poco hacen desaparecer la diversidad de lo local o regional.
En Querétaro hay por suerte
muchos productos regionales sin marca, elaborados de
forma artesanal y muy diferentes a los que se encuentran en las grandes cadenas
de tiendas. En los mercados es posible encontrar gorditas y tortillas hecha a
mano, productos como hongos, orégano, huamishe, chilcoague o garambullos,
recolectados y no cultivados. El día de plaza en casi todos los mercados llegan
a ofrecer su productos decenas de personas que cultivan en su hogar o pequeñas
parcelas verduras, frutas o hierbas. Todavía no son comunes las tradicionales
gorditas queretanas empaquetadas en la sección de congelados del supermercado,
como ya lo son las enchiladas potosinas, pizzas o tacos fritos. Hay
quesos regionales de calidad como los Vai
o los Flor de Alfalfa. Otro producto local, Licor Artesanal Queretano
(véase ¡Un marrazo de diez centavos por
favor!, mayo 2009), está por cierto cambiando su nombre a Tía Dolores. Tiene además ya cerca de un año en
que la familia Varela abrió una tienda frente al convento de la Cruz para no sólo
expender su magnífica variedad de licores, también un gran número de dulces artesanales. El establecimiento
lleva el nombre de Dulce Querétaro y
está sobre la calle de Independencia entre Damián Carmona y Gutiérrez Nájera. Ahí
venden vinos de mesa queretanos, mermeladas, chiles en conserva, chocolate de
mesa, cajeta, borrachitos, obleas, cocadas, tamarindos, amaranto, charamuscas,
trompadas, dulces de leche, muéganos, ates, cueritos, palanquetas, rollo de
guayaba, caramelos y paletas. Se ofrecen también canastas de varios tamaños
(artesanía de Tequisquiapan) para armar hermosos y originales regalos. Para tu
hogar o para el regalo a un buen amigo puedes pasar a Dulce Querétaro y consumir de la todavía amplia variedad de
productos artesanales y regionales.
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