Comida rusa en la ciudad de México.
Rusia es sin duda un país muy remoto de México, pero por especiales circunstancias, hemos tenido cordiales
relaciones por muchos años. Nuestro
primer contacto fue el momento de surgir México a la vida independiente en
1821, Rusia mantenía algunos asentamientos comerciales en el noroeste antes
novohispano y después mexicano en lo que ahora es el estado norteamericano de
California; rusos y mexicanos iniciaron ahí su relación. Formalmente fue en el
Porfiriato que ambos países establecieron relaciones diplomáticas en el año de
1890. En el siglo XX una coincidencia acercaría más a estos países, ambos
experimentaron revoluciones sociales con menos de una década de diferencia. La
Revolución Mexicana, sin duda llamó la atención a todo el mundo, incluso a los
rusos. Cuando Rusia tuvo su revolución y se convirtió en la Unión Soviética,
era como de esperarse un acercamiento entre dos regímenes que buscaban reformar
y mejorar sus sociedades. Así en 1924
México fue el primer país latinoamericano en reconocer al gobierno soviético y
pronto inició relaciones no solo diplomáticas, también comerciales y sobre todo
culturales. Artistas de ambos países visitarían a su distante país amigo y lo
mismo dejarían influencia que se llevarían ideas y gratos recuerdos. Diego
Rivera y David Alfaro Siqueiros por menciona algunos de los mexicanos y la
bailarina de ballet Anna Pavlova (1919), el director de cine Serguéi Eisenstein
por parte de los rusos (1930-32). Otro
importante visitante fue León Trotsky (1936-40). Aunque los dos países
suspendieron sus relaciones diplomáticas por casi una década (1930-42) las
relaciones artísticas y políticas continuaron. Más tarde un par de presidentes
mexicanos visitaron la Unión Soviética, Echeverría y López Portillo. Pero los
contactos y coincidencias son muchas y solo mencionaré una más, por extraña e
interesante. El ciudadano soviétivo Yuri Knórosov logró descifrar la antigua
escritura glífica maya, sin haber estado nunca en México. Knórosov participó en la toma de Berlín como
soldado del ejército soviético en 1945. En la biblioteca de esa ciudad encontró
dos textos sobre los mayas con muestras de su hermosa y compleja escritura. El
soldado estudió historia, aprendió maya y se propuso descifrar los glifos de ese pueblo que
habitó tan lejana región del mundo. Pues casi 30 años después el mundo
académico reconoció el genio y gran logro del soviético que propuso una nueva y
precisa forma de leer los glifos del Mayab. Ya muy anciano y a finales del
siglo, pudo Knórosov visitar por fin la tierra de los mayas.
Yuri Knórosov |
Personalmente recuerdo mucho a
fines de los años ochenta o inicios de los noventa una
gran exhibición de productos rusos o soviéticos que hubo en un centro comercial
del sur de la ciudad de México, Plaza Inn. No recuerdo si fue en los años de la Perestroika
soviética o ya en los años de Rusia como estado independiente tras 1991. Al
visitarla recuerdo haber pensado que una nueva época con un mayor contacto
entre rusos y mexicanos estaba por iniciar y que pronto veríamos muchos
productos de la tierra de Tolstói en México.
Aunque hoy nuestros países tienen un intercambio comercial importante,
no creció al nivel que me lo había imaginado. Es precisamente por esto que tan
pronto supe que había un restaurante ruso en la ciudad de México, me propuse
visitarlo lo antes posible, para acercarme tan solo un poco a esa cultura tan
lejana y a la vez tan constante e importante para nosotros los mexicanos. El
lugar se llama Kolobok Restaurante Ruso y
está en la Avenida Universidad, a unos cuantos metros de la esquina con el Eje
6 sur, Ángel Urraza. Ahí me enteré que hay otro Kolobok en Santa María la Rivera en la parte norte de la ciudad.
Recuerdo que hace unos 20 o más años hubo un restaurante con comida rusa en la
colonia Insurgentes Mixcoac, pero era muy pequeño y con una carta muy sencilla.
Pues Kolobok ofrece variedad de platillos, algunos algo conocidos como
blinis rellenos, borshch, bef stróganov o pollo a la Kiev y muchos otros platos
y bebidas por descubrir. El lugar es amplio, bien iluminado y ornamentado de
forma discreta. La comida rusa tiene una variedad de ingredientes, conocidos en
pero poco usados en México. Muchas verduras y frutas, sabores no tan fuertes o
condimentados, pero atractivos e interesantes. Kolobok ofrece también bebidas alcohólicas rusas e incluso vende
también algunas artesanías. Si lo único que conoces de Rusia es el vodka,
visita Kolobok y conoce un poco más
de esta lejana nación amiga de México.
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