jueves, 8 de diciembre de 2016

Fantástico mercado.

¿Qué es lo más extraño que has comido?
Quizá el mejor lugar en todo México para conocer su cultura, sean los mercados. No puedo pensar en otro lugar que muestre de forma tan concentrada tanto de lo que los mexicanos somos (véase Riqueza cultural concentrada, diciembre 2014), es por eso que desde muy joven han sido uno de mis lugares favoritos, ya fuera en mi ciudad natal o en todos los lugares que he visitado en nuestro país. Cuando digo mercado, me refiero por supuesto a ese edificio que aloja innumerables pequeños comercios, pero también al área, las calles aledañas llenas de otros establecimientos mercantiles. El primero que conocí y recuerdo siendo apenas un infante es el de la Colonia del Valle y luego decenas de ellos: Merced, Sonora, Tlacoquemécatl, Mixcoac, Portales, San Juan, Coyoacán, Xochimilco, San Ángel, San Pedro de los Pinos, Medellín. También mercados pero quizá todavía más interesantes los mercados temporales o tianguis en los cientos de poblados que he visitado, sobre todo aquellos en comunidades indígenas en el sur del país.  Si se es observador, el mercado le muestra a uno la forma de ser de los habitantes del lugar, su vestido, calzado, comida, ornamentación, celebraciones, creencias, supersticiones, curas, arreglo personal, bebidas, utensilios de la vida diaria, mobiliario, mascotas, trato personal, manera de comunicarse, costo de la vida, niveles socioeconómicos e incluso prácticas políticas (véase Seguro lo encuentras en el Tepe, mayo 2009). Lamento mucho que estos ricos espacios culturales parecieran estar perdiendo la batalla frente a los higiénicos e insípidos supermercados o cadenas de tiendas. Compra a los pequeños productores nacionales y sumérgete en ese México que parece desaparecer ante el embate de la globalización.





Entre la pléyade de mercados en la ciudad de México hay uno que se distingue por aquello que expenden y por la manera que lo hacen. Puede que no sea el más mexicano de los mercados pero sin duda es único y merece la pena conocerlo. Se trata del mercado de San Juan o también conocido como el mercado de Pugibet, para distinguirlo de otro mercado del barrio de San Juan en la esquina de Arcos de Belén y Eje Central. Este particular lugar de comercio está casi oculto entre pequeñas calles, pero su entrada es por la calle Ernesto Pugibet, número 21, a unos cuantos metros de un tercer mercado de San Juan, el de artesanías y también en la misma cuadra de la iglesia del Buen Tono. Se especializa en alimentos poco comunes, ya sea por su alto precio o porque a pocas personas les gustan o los conocen. Hay tiendas que venden quesos de todo el mundo, charcutería importada y nacional, carnes de un gran número de animales, insectos y gran variedad de pescados y mariscos. En el frente del mercado hay una gran cantidad de motocicletas, pues de seguro surten con celeridad los pedidos de muchos de los restaurantes del centro y zonas aledañas.






En el mercado Pugibet hay también lugares en los que se puede comer o probar muchos de los extraños ingredientes del mercado. Hay puestos especializados en cocktelería de mariscos, otros donde se puede probar carne de cocodrilo, león, avestruz, pato, jabalí, venado, víbora, zorrillo, armadillo y más. Hay también puestos que venden quesos y embutidos, pero también puede uno sentarse en pequeñas mesas para probar estos ingredientes en tapas o montaditos al estilo de los bares españoles. Estos alimentos no son muy económicos, pero los establecimientos atraen a los clientes con algunas sencillas tapas y vino de cortesía. Hay también puestos que expenden una variedad de insectos de diferentes regiones del país, chinicuiles, gusanos de maguey, tantarrias, jumiles chapulines y hormigas chicatanas. A unos cuantos metros del mercado hay también algunos pequeños restaurantes que preparan todo tipo de platillos con los bizarros ingredientes de este lugar. En días recientes leí en las noticias que darán una nueva fachada y renovarán las instalaciones del mercado Pugibet, que bueno, pero lo importante seguirán siendo sus alimentos. Si estás por la zona poniente del centro de la ciudad de México, no pierdas la oportunidad de visitar este sitio y su comida tan especial.





   




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