sábado, 17 de julio de 2021

Un lugar lleno de historia

Visita a Azcapotzalco.

Hace algunas semanas, en mi primera visita a la ciudad de México en mucho tiempo y tras el confinamiento de más de un año, visité la alcaldía de Azcapotzalco a invitación de mi amiga Abril Hernández.  Son muchas las antiguas poblaciones vecinas primero a Mexico-Tenochtitlan y luego a la ciudad de México, que al crecer la zona urbana poco a poco se fueron incorporando a ella. Algunas de estas pequeñas comunidades mantuvieron su nombre prehispánico original y no en todas es posible todavía apreciar detalles de cómo se vieron o estuvieron distribuidas antes de unirse a la gran ciudad. Localidades como de Coyoacán, Xochimilco, Mixcoac, Tláhuac , San Ángel, Tacuba, San Agustín de la Cuevas( Tlalpan), Churubusco, Iztacalco, la villa de Guadalupe, por mencionar algunas. Muchas de estas alejadas comunidades se unieron a la mancha urbana hasta el siglo XX pero ya desde el Porfiriato estuvieron unidas a lo que ahora es el centro de la ciudad con un extenso sistema de tranvías, que luego siguieron recorriendo tales lugares ya como colonias de la ciudad de México. Todavía en mi infancia conocí los tranvías que llegaban hasta Xochimilco, Mixcoac, San Ángel, Tacubaya, la Villa. Tal fue el caso de Azcapotzalco, lugar habitado e independiente desde la época prehispánica; asiento de los Tepanecas y poderoso miembro de la primera triple alianza o confederación que hubo en la región junto con Culhuacán y Coatlichán.

Avenida Azcapotzalco

Todos con cubrebocas

Ejercicio matutino en la plaza


Azcapotzalco es una palabra que en lengua náhuatl significa el lugar de los hormigueros: azcatl -hormiga, potzoa-montículo y el locativo co; el lugar de los montículos de hormigas. En algunas partes del norte del país todavía se nombra a las hormigas asqueles, castellanización de azcatl-hormiga. Se piensa que el término fue llevado hasta allá por los muchos tlaxcaltecas que además de hablar náhuatl, después de ayudar a los españoles en la conquista militar, se asentaron por aquellas regiones. Tradicionalmente el apelativo que se da a las personas del lugar de los hormigueros es el de chintololos- chintololas, que significa algo así como de traseros grandes. Quizá en referencia a la amplia parte del cuerpo de las hormigas detrás de su breve cintura.



Es todavía posible adivinar en Azcapotzalco su vieja traza de comunidad independiente alrededor de una iglesia, un convento y un gran atrio hoy muy arbolado. No me fue posible conocer su templo, pues estaba cerrado por razones de la pandemia, pero pude ver su antiguo atrio. Grandes avenidas cruzan la localidad, pero todavía es posible imaginarlo como pequeño pueblo, separado de la gran ciudad, pero comunicado con ella por el tranvía. A un costado de conjunto religioso está la hoy Casa de la Cultura en el antiguo edificio del gobierno municipal. La construcción es hermosa, magníficamente restaurada y con un jardín de abundante vegetación. En ella además de impartirse cursos artísticos y alojar diversas actividades, hay un gran mural de Arturo García Bustos sobre la historia de Azcapotzalco. Junto a la Casa de la Cultura está la pequeña biblioteca Fray Bartolomé de las Casas, cuyo gran salón está decorado con un hermosos mural del gran Juan O’Gorman.










Maqueta del templo, nótese la hormiga en el cubo de la torre

Entrada al arbolado atrio.


 
Mural de Juan O'Gorman

Biblioteca Fray Bartolomé de las Casas


A una cuadra del templo está el mercado. Llamó mi atención la gran cantidad de puestos donde se ofrecen diferentes tipos de mole en polvo y pasta además de especias. Hay carnicerías, fruterías, pescaderías y muchos puestos con comida de todo tipo. Muy cerca del mercado está el edificio que aloja el gobierno de la ahora alcaldía.

Exterior del mercado

Moles y especias

Gran cazuela de barro con mole en polvo ornamentado






Edificio de gobierno de la alcaldía

Pero casi la principal razón de mi visita a Azcapotzalco fue el conocer una cantina de gran tradición y prestigio, El Dux de Venecia, establecimiento que tiene ya más de cien años de aliviar la sed de los chintololos. Ahí se ofrecen botana y todo tipo de bebidas alcohólicas, pero destacan sus dos especialidades: el Limón y la Prodigiosa. El primero es un trago elaborado con ese cítrico y hierbabuena. La segunda es un licor digestivo. Probé ambos y el Limón no solo me gustó mucho, es la bebida más solicitada en el lugar y será sin duda la causa principal para que retorne a Azcapotzalco, espero muy pronto, pues queda mucho por conocer.


Reducido espacio, pero bien aprovechado

La barra



El Limón!

Abril y su Prodigiosa

El Viejo y su Limón


 

 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente crónica mi querido amigo sin duda tu conocimiento por la historia hace muy amena la lectura hace sentir que lo vives en persona, espero pronto vernos y citar a los cuates de la secundaria para ir a tomarnos unos limones a esa cantina.
Saludos y un fuerte abrazo.

Francisco Contreras Oviedo dijo...

Soy el del comentario anterior, no soy anónimo. 🤭