miércoles, 2 de junio de 2021

 

Por los caminos del centro

Explorando y descubriendo

Uno de mis aficiones más antiguas y favoritas es salir de paseo sin plan o ruta alguna. Salir de la ciudad y luego tomar caminos vecinales que parten de las grandes carreteras y ver qué hay en ellos. También se puede hacer en la ciudad, conducir por esas calles o avenidas frente a las que pasa uno muchas veces pero no se recorren, hasta ese sábado y domingo que anda uno explorando.  Ya desde que era hijo de familia mi padre lo hacía y con mi familia lo he seguido haciendo. ¿A dónde vamos? preguntaba yo y la respuesta de mi padre era “a donde apunten las narices”. Yo les contestaba a mis hijas “ no sé, a dar la vuelta” y no les gustaba mucho la respuesta, pero casi siempre acabaron disfrutando esos lugares recorridos o encontrados fortuitamente.

"No sé, a dar la vuelta"


Pues lo sigo haciendo y más porque llevo apenas 15 años viviendo en Querétaro y mucho es todavía territorio desconocido. Mi esposa me ha acompañado a esos recorridos por casi cuarenta años, pues lo hacíamos incluso antes de casarnos. Hace unas semanas decidí seguir manejando una vez que atravesé la población de Mompaní, hay un pequeño camino al inicio pavimentado y luego terracería, que seguía con rumbo noreste. Me detuve a platicar con unas personas que estaban en una comunidad que encontré y que se llama La Tinaja de los Rodríguez y ahí me enteré que por un camino un kilómetro atrás, podía llegar a la carretera que va hasta San Miguel de Allende. Pues decidimos seguir esa ruta y fue muy interesante. Hay pequeños cerros y mucha naturaleza, y estoy seguro que cuando llueve su belleza se ha de multiplicar. Pasamos por una pequeña comunidad llamada Purísima de Jalpa (Guanajuato) que se encuentra en un hermoso valle y bordeando un pequeño lago, que igual, en verano ha de ser más grande y hermoso. Llamó mi atención su iglesia, que se veía antigua, grande, con un magnífico trabajo en piedra y particularmente hermosa. Tal cual nos habían dicho, pasando Jalpa fuimos a dar a la carretera a San Miguel de Allende, algunos residentes de esta población tienen pequeñas y hermosas casas en Jalpa. Sin museos, tiendas, balnearios u otros atractivos, el viaje me resultó muy interesante y único. Tenemos que volver a ver la zona ya reverdecida por la lluvia y porque queremos conocer una granja ecológica que ese día vimos anunciada en el camino.


Jalpa a lo lejos

Presa y lago antes de la época de lluvias



Templo del Señor de la Misericordia



Un par de semanas después tomamos rumbo a la frontera de Querétaro con Guanajuato por la carretera hacia San Luis Potosí e igual, una vez que pasamos la desviación hacia San Miguel de Allende entramos por un camino vecinal que nos llevó a una comunidad llamada Jofre que tiene una hermosa hacienda. Volvimos a la carretera y casi un kilómetro adelante entramos en otro camino que primero pasa por otra comunidad de nombre Jofrito, llena de todo tipo de comercios. Seguimos unos cuatro kilómetros por el mismo camino pavimentado y llegamos a La Gotera. Esta comunidad me hizo renovar mi vocación de explorador de fin de semana, pues resultó en extremo interesante y sorprendente.  Apenas entrábamos a La Gotera cuando llamó mi atención el humo negro y terrenos excavados que reconocí como de ladrilleras, pero esos establecimientos son de alguna manera comunes. Unos metros adelante vi una especie de bodega afuera de la cual había algunos grandes montones de cáscara de coco, lo cual me sorprendió mucho pues no hay cocoteros a menos de 400 o 500 kilómetros. Inmediatamente pensé que era un extraño lugar para que alguien vendiera o usara tal cantidad de coco. Como he comprado tierra para jardín mezclada con fibra de coco pulverizada, pensé que quizá valiera la pena traer la fibra hasta Querétaro para ese fin. Lo más curioso fue que cien metros adelante, vimos otra gran bodega con más cerros de cáscara de coco y ya entonces decidí detenerme y preguntar la causa de tan poco común negocio en una comunidad queretana. Vimos que en el interior de la bodega tenían cientos de cocos completos y que tres personas trabajaban separando la corteza o fibra del coco propiamente. ¿Cómo o por qué en una pequeña comunidad tierra adentro y tan escondida se vendía tal cantidad de cocos? Bueno ahí nos dijeron que en La Gotera había todavía cinco o seis negocios más de venta de coco. Que a diario llegan al lugar de menos cinco camiones procedentes de Lázaro Cardenas, Michoacán, cargados de toneladas de cocos.  Me pareció algo de una película o novela surrealista. Toneladas de coco entregadas en una pequeña comunidad que apenas aparece en el mapa (cuatro mil habitantes). Pues resulta que efectivamente venden los cocos a personas que van por ellos desde Querétaro, partes de Guanajuato e incluso de San Luis Potosí. Que todas esas camionetas que se estacionan por toda la región y detrás de las que se vende agua de coco y otras bebidas, son personas que viven en La Gotera o  muy cerca. También aclararon que ya seca, venden la fibra como combustible para los hornos en las ladrilleras, pero que su principal ingreso es de la venta de los cocos y no de la fibra.  En los breves minutos que preguntaba y compraba tres cocos, llegaron otras personas, me imagino lugareños a comprar tres, cuatro, cinco cocos cada uno. 

Fibra de coco en sorprendente cantidad



Cocos, algunos muy frescos

Removiendo la fibra

Cocos sin corteza

En una bodega de la misma población vi que vendían pulpa de fruta congelada para elaborar bebidas o helados (muy buena): mango, ciruela, mamey, guanábana, maracuyá y muchas más que no recuerdo. Pregunté y me dijeron que todas les llegaban desde Nayarit y que sus clientes eran los mismos que venden otras aguas además de las de coco. En otra bodega vendían todo tipo de frituras que me informaron traían desde Toluca y aunque ofrecían en menudeo, gente de toda la región la compraba por caja para revender. Definitivamente La Gotera, Querétaro fue una gran sorpresa (ya muy cerca de la frontera con Guanajuato). Si quieres conocer este inusual lugar, está a menos de una hora de la ciudad de Querétaro. La capital del coco en Querétaro, Guanajuato y San Luis Potosí y a 500 kilómetros de la costa.


 Pulpa de guanábana, ciruela, mamey y mango

Frituras por caja

Plátanos fritos, papas fritas, palomitas, 

 

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