Hotel y restaurante Villa Bonita
Daniel Meneses Treviño
Muy cerca de El Pueblito, se encuentra el hotel y restaurante Villa Bonita (anteriormente
conocido como Villas Bonilla), el cual se caracteriza por su inigualable vista panorámica a la
cañada formada por el río El Pueblito, que forma parte de la Reserva Ecológica El Batán.
Este lugar se localiza específicamente en la calle Luis Echeverría #47-A de la colonia Santa
Bárbara segunda sección, en el municipio de Corregidora. Para llegar aquí desde Querétaro
capital, hay que tomar el Libramiento Surponiente o la Avenida Paseo Constituyentes rumbo a Celaya
libre hasta llegar a la intersección con la carretera a Coroneo, en donde hay que girar a la izquierda
y en la primera calle a la derecha pasando el puente de Santa Bárbara, (si se llega desde
Paseo Contituyentes, sí se puede subir uno al puente, pero viniendo desde el libramiento, se llega a
la lateral); hay que dar vuelta, y ya de ahí es todo derecho por 700 metros aproximadamente hasta
llegar a la siguiente entrada. Villa Bonita cuenta con un pequeño estacionamiento, por lo que en
los días más concurridos (principalmente fines de semana), este se llena y hay que buscar lugar afuera.
Villa Bonita es una muy buena opción para quienes desean salir en tiempos de COVID-19 y no
quieren exponerse mucho, pues es un lugar al aire libre ventilado por la fresca brisa
proveniente de la cañada, en donde al entrar, le toman a uno la temperatura corporal y lo
sanitizan de pies a cabeza literalmente; además de que se mantiene la distancia social
entre mesa y mesa en el caso del restaurante.
En esta estación de sanitización, se pueden ver las certificaciones de turismo responsable y
seguro en pandemia que tiene el lugar, así como indicaciones de mantener la distancia
social y también, los métodos de pago aceptados. Al restaurante de Villa Bonita se puede ir a
desayunar o a comer, pues está abierto de 8:15 a.m. a 5:45 p.m. de martes a domingo; sin
embargo, la gente prefiere ir a desayunar, pues el lugar es ideal para pasar una mañana
tranquila mientras se contemplan los paisajes naturales que se pueden ver desde el restaurante.
La mayor parte de los desayunos son comida mexicana, y se arman en paquete, por lo que
además del plato fuerte, incluye café de olla o té refill, una pieza de pan dulce y un plato de
fruta de temporada.
Una ventaja para los dueños de mascotas es que el restaurante es pet-friendly, pues mucha
gente acude con perros, y de hecho, en el lugar también tienen perros, aunque antes también
tenían otros animales como conejos y tortugas. En cuanto al hotel de Villa Bonita, cuenta
con pocas habitaciones, pero la mayoría fueron construidas en forma de cabañas rústicas, para que
estuvieran en armonía con el paisaje. Al igual que el restaurante, todas las habitaciones de Villa
Bonita tienen una hermosa vista al panorama natural de la cañada de El Batán. Además, algunas
de las habitaciones también cuentan con jacuzzi para dos personas. Se puede reservar en el lugar,
por teléfono, e incluso por Airbnb, en donde se promociona una habitación para dos personas en
$900 por noche.
Una de las amenidades de Villa Bonita es su temazcal, el cual tiene una capacidad
aproximada de 8 personas. No es necesario estar hospedado para entrar al temazcal,
aunque sí hay que hacer reservación. El costo por persona es de alrededor de $300, e
incluye ritual prehispánico, sábila, té de desintoxicación, sopa de temazcal (que se consume
al salir de este) y desayuno al término de la sesión.
Es curioso que a pesar de que Villa Bonita esté algo escondido y en una colonia popular
como Santa Bárbara (pues creo que muchas personas, incluyéndome, no esperamos
encontrar lugares como este ahí), es un lugar cuyo éxito ha sido tal que incluso en
pandemia, que se supone que menos gente va, los dueños han decidido invertir en una
nueva terraza arriba del restaurante (actualmente en construcción), para en un futuro
duplicar su capacidad, pues saben que pueden explotar más el potencial de este lugar. En
definitiva, Villa Bonita es un lugar que está bien representado por su nombre y vale la
pena conocer, pues sus maravillosas vistas a la naturaleza hacen que aquí uno pueda
despejar su mente y desconectarse del ajetreo de la ciudad o del estresante confinamiento,
ya sea yendo a desayunar (o comer), asistiendo a una relajante sesión de temazcal o hasta
hospedándose en las habitaciones tipo cabaña; y lo mejor de todo, sin salir de la zona
metropolitana de Querétaro.
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